El encuentro entre el Almería y el Cádiz CF disputado el sábado 18 de marzo en el Power Horse Stadium (26ª jornada de Liga) se resolvió con empate a uno con un gol de penalti marcado por los locales en el minuto 97 en la última acción.

Después del escándalo en el choque frente al Getafe, la lupa estaba puesta sobre la actuación arbitral tanto sobre el césped como desde el VAR. Una vez más, por enésima vez, el Cádiz CF no tuvo nada de suerte.

Carlos del Cerro Grande vio claro el penalti cometido por Momo Mbaye sobre Luis Suárez pero no vio otras jugadas y, para no perder costumbre, perjudicó al Cádiz CF, como la pasada temporada en Mallorca (aquellos dos penaltis escandalosos) y hace varias semanas en el envite ante el Elche. La cuestión es por qué sigue dirigiendo partidos al equipo amarillo.

El árbitro madrileño perdonó la expulsión a dos futbolistas del Almería. Poco después del comenzar el encuentro, el jugador local Robertone propinó una fuerte patada en el estómago de Gonzalo Escalante que tuvo consecuencias. De haberse hecho justicia, el cuadro rojiblanco se habría quedado muy pronto en inferioridad numérica. Una acción merecedora de cartulina roja que ni siquiera fue castigada con amarilla. Se desconoce el papel desempeñado por Juan Martínez Munuera desde el VAR.

También en la primera parte, el rojiblanco Rodrigo Ely golpeó con los tacos de la bota el muslo de Escalante y una vez más no pasó nada. Total impunidad cuando esa acción debió ser castigada con la correspondiente tarjeta roja. 

Durante los primeros 45 minutos, Roger Martí fue agarrado dentro del área por Centelles cuando el delantero cadista pretendía buscar el balón. Penalti no señalado y jugada que ni siquiera fue revisada en el monitor. Sí parece que acertó el VAR al sacar fuera del área el penalti que el colegiado había señalado por zancadilla sobre Bongonda, aunque queda la duda de si el agarrón de Leo Baptistao en el brazo del belga era dentro de los límites de la zona cercana a la portería.