El mundo del fútbol llora hoy la pérdida de Diego Armando Maradona, el mejor jugador de todos los tiempos para muchos... menos, quizás, para el propio astro argentino. Y es que en una conferencia de prensa en 1994, el año en que el Pelusa disputó su último Mundial con la albiceleste en Estados Unidos, el genio de Lanús sorprendía asegurando que había alguien por encima. Y no era ni Pelé, ni Di Stefano... Según el propio Maradona, "hay uno mejor que yo, es salvadoreño y juega en el Cádiz". 

Se refería, por supuesto, a Jorge Mágico González, el genio de El Salvador que desarrolló sus mejores años de fútbol en el estadio Carranza. Ambos coincidieron en la pretemporada de 1984 en las filas del FC Barcelona, un fichaje que finalmente acabó frustrándose por el carácter peculiar del Mago... y por culpa de Maradona. Según cuentan, el argentino quiso gastar una broma al salvadoreño y activó la alarma del hotel de concentración mientras Jorge estaba con una chica en su habitación. Todos los jugadores salieron raudos menos Mágico, que seguramente tendría cosas mejores que hacer en su alcoba y ni asomó por el pasillo. Al club culé no le gustó su actitud y desestimó su fichaje, por suerte para los cadistas. 

Pese a coincidir apenas unos días en aquella pretemporada en Estados Unidos, Maradona siempre tuvo palabras de elogio para Mágico González. "Tuve la suerte de jugar con él. Y después de ver los enganches que le pegaba a los españoles... ¡era único! Nosotros, en los entrenamientos, siempre lo queríamos imitar, pero no podíamos. Decíamos: '¿viste el gol que hizo el Mágico?'; si queríamos tirar el enganche, nos desgarrábamos todos. Es un gran tipo, se merece todo el cariño de El Salvador. Está entre los 10 mejores jugadores que yo he visto en mi vida, sin ninguna duda", aseguró en una entrevista en 2006. 

Este miércoles 25 de noviembre de este fatídico año 2020 quedará marcado para siempre en la memoria de los aficionados al deporte rey por la pérdida del enorme astro argentino. Un mito que, pese a sus lazos con Mágico, sólo visitó una vez el estadio Carranza, como jugador del Sevilla en 1993. Su pelea con Carmelo y Stimac es, como su genio, historia del fútbol.