En malas y en buenas manos

Una bola de cristal y muchas manos abiertas posadas sobre ella. Así se ve el futuro del Cádiz. Los amarillos se jugarán este sábado la permanencia en Segunda División A en el Ramón de Carranza y en seis campos más. Una victoria frente al Numancia, y el tropiezo de un par de rivales directos en esa media docena de encuentros, pondría un broche feliz a una temporada que, para lo bueno o para lo malo, no quedará jamás en el olvido.

Lo primero, ya se ha dicho por activa y por pasiva, es sumar los tres puntos ante la escuadra de Gonzalo Arconada. Y luego, o mientras se produce ese triunfo más que necesario, habrá que ir viendo lo que le tiene preparado este año el caprichoso destino a la sufrida familia amarilla.

Cuando más felices se las prometían los pupilos de Víctor Espárrago, dos varapalos consecutivos -ante la Real Sociedad y el Huesca- les mandaron de nuevo a los puestos de descenso y borraron el optimismo del seno del equipo para instaurar, en la última semana de competición, el dichoso pesimismo. Y es que de no depender de nadie se ha pasado a depender de terceros... terceros que afrontarán una última cita más que asequible: y eso que la gran mayoría jugará lejos de su feudo.

Las Palmas recibirá al Nástic y el Rayo Vallecano al Recreativo de Huelva. Mientras, el Albacete visitará al Cartagena, el Huesca al Celta, el Murcia al Girona y el Salamanca al Villarreal B. De los rivales de los rivales, sólo el Girona se juega algo al no tener aún certificada la permanencia. El resto tiene los deberes hechos. Y las cartas están echadas... aunque boca abajo.

En Vigo, el Cádiz estará en buenas manos. El gaditano Ismael Falcón será el encargado de velar por los intereses amarillos. "Aún no sé si jugaré el partido, pero lo haga o no lo haga dejaré claro en el vestuario que el equipo de mi ciudad se juega su futuro. El objetivo es ganar. Ante el Huesca sólo concibo la victoria; primero por nuestra afición y segundo para ayudar al Cádiz. Quiero que se salve, está claro, y si está en mi mano que sea el Huesca quien descienda haré todo lo posible para que eso ocurra", confesaba el portero del conjunto gallego, declarado transferible pese a tener un año más de contrato.

Falcón aplaude la titularidad de Dani Miguélez en el conjunto de Espárrago. Y no se cierra puerta alguna. "Me alegró por Dani, es bueno que haya un gaditano defendiendo la portería del equipo. De mí no sé qué será la temporada que viene, pero si el Cádiz se salva y cuenta conmigo para el nuevo proyecto sería todo un placer volver a mi tierra. El tiempo dirá qué ocurre", señalaba.

"Lo malo es que no depende de sí mismo, pero bueno... que gane al Numancia y ojalá que le acompañen los resultados y pueda salvarse", concluía el portero del Celta amparándose de nuevo en el paso de las horas, de los días.

Y si en Vigo será Ismael Falcón quien vele por el futuro del Cádiz, en Vallecas será otro gaditano, Pablo Sánchez, quien se ponga la camiseta amarilla debajo de la del Recreativo de Huelva. "Estaré muy contento si ganamos en Vallecas y le echo una mano al equipo de mi ciudad", aseguraba el delantero del conjunto onubense, gaditano de nacimiento.

Pablo ya sufrió en primera persona el último descenso del Cádiz a Segunda División B hace dos temporadas. Era la penúltima jornada, el partido se jugaba en el Ramón de Carranza y él defendía los colores del Sevilla Atlético. Fue el principio del fin... "Estuve leyendo el Diario y vi que hay muchas opciones de salvación. Hay que ganarle al Numancia y esperar que pinchen dos de los seis rivales; no es descabellado pensar que eso ocurra", resumía.

Otro valedor de los intereses amarillos será Fernando Morán, que con el Nástic visitará a Las Palmas: "Fuera solemos poner las cosas muy difíciles; el Cádiz que gane su partido y a ver qué hacemos nosotros, aunque también quiero que se salve el Albacete".