Los grandes tienen un lugar especial reservado. Ramón Blanco es desde ayer uno de ellos. El inolvidable ex jugador y ex entrenador del Cádiz queda perpetuado en el campo principal de El Rosal, que desde ayer lleva su nombre. Cada vez que este escenario de las instalaciones deportivas ubicadas en Puerto Real sea protagonista, llevará unido el nombre de uno de los grandes del cadismo.

Hasta la inclemencia meteorológica quiso sumarse a un acto que, dentro de la sencillez, derrochó emotividad y cadismo, tanto o más que el del propio homenajeado, que nos dejó hace ya tres años. En presencia de su viuda, Marina, y de su hija, Vanesa, el Cádiz, que estuvo representado por el presidente, Manuel Vizcaíno; el entrenador, Álvaro Cervera; y uno de los capitanes, Servando, dio forma a una decisión meditada y tomada hace tiempo. Era de recibo que estuviera muy vivo el nombre de uno de sus grandes dentro y fuera del césped.

La familia del recordado Ramón exteriorizó sus sentimientos por boca de Vanesa. "En nombre de toda mi familia quiero agradecer al club y su directiva este homenaje que se le hace a mi padre, y este reconocimiento a su trabajo por tantos años. Aunque tuvo que salir del club y trabajar en otros lugares, su corazón siempre fue amarillo y azul. Y, por suerte, se fue feliz porque se fue donde siempre quiso estar. Quiero agradecer también a todas las personas que nos han ayudado tanto cuando estaba y aún más si cabe cuando ya no está, y a esas que tres años después nos siguen parando por la calle para comentarnos el respeto y admiración que tenían hacia mi padre".

Álvaro Cervera, que tuvo a Blanco como entrenador en el Almería CF y en el CD San Fernando, se congratulaba de haber coincidido con él en el mundo del fútbol. "Tuve la suerte de conocerle como entrenador y como persona. Era el final de mi carrera deportiva por una serie de lesiones que había tenido, y él me llamó para ir a Almería. Allí hicimos una buena amistad, él como entrenador y yo como jugador veterano. Le tuve más como amigo. Siempre mostraba alegría porque era bastante positivo. Era una persona que transmitía. Conocía al futbolista. Más allá de la figura del entrenador había un trato especial, un afecto, y creía que esa era la impresión que daba. Conmigo dio resultado y aprendí mucho de él", señalaba el actual técnico del Cádiz.

El Rosal fue un punto muy importante en la trayectoria de Ramón, primero como jugador y luego como entrenador. Esa cuna en la que se preparaban jugadores y técnicos, y donde él echó raíces teniendo a sus órdenes a una de las mejores generaciones de canteranos que hizo campeón al Cádiz B en Tercera -como han cambiado las cosas respecto a la actualidad- y luego esas mismas promesas ayudaron a mantener al Cádiz en Primera División.

Los cadistas que a partir de ahora se acerquen al campo principal de El Rosal, lo primero que verán será la placa que dice: 'Campo Principal Ramón Blanco Rodríguez. En memoria del que fuera jugador y entrenador del Cádiz CF'.

Por otra parte, el club ha decidido que Manuel de Diego, denominación que tenía antes el campo principal, dé nombre a partir de ahora al campo número 3.