Un hogar inestable

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Los siete puntos que la escuadra gaditana ha dejado escapar en los últimos tres encuentros disputados en casa complican el trayecto que conduce a la fase de ascenso.

Una pancarta en el estadio Carranza que apela a la unidad del cadismo en busca del ascenso.
Una pancarta en el estadio Carranza que apela a la unidad del cadismo en busca del ascenso. / Fito Carreto
Jesús Jaques Nuche

Cádiz, 25 de abril 2017 - 08:22

El Cádiz sufre un atasco general que se agudiza en su hogar. Ha obtenido sólo cuatro puntos de los 15 por los que ha pugnado en los últimos cinco partidos -de local y visitante- y aunque pone toda la voluntad del mundo no puede avanzar en la clasificación con zancadas largas con las que marcar distancias. En el Ramón de Carranza sólo se ha adjudicado dos de los últimos nueve puntos que ha disputado. No consigue sacar rédito de los puntos que dejan de sumar sus rivales, que a su vez tampoco extraen jugo de la ralentización en la que se halla inmersa una escuadra gaditana que en su terreno ha dejado escapar siete empujado por la derrota (0-1) frente al Tenerife y los empates a uno contra Lugo y Levante, tres rivales de la parte alta capaces de pescar en la plaza de Madrid en un momento importante de la temporada. Ni siquiera le valió el partidazo contra el líder para ganar.

Los números globales que ofrecen en casa los hombres entrenados por Álvaro Cervera desde el principio de curso reflejan que no han terminado de hacer del Carranza una auténtica fortaleza. Ganaron la mitad de los 18 envites desarrollados delante de la afición y en otros nueve se resistió el triunfo (seis empates y tres derrotas).

El equilibrio que impera en la categoría de plata convierte en relevante el factor campo pero el Cádiz es el equipo con el balance más bajo como local de los seis que mandan en la tabla de LaLiga 1|2|3. Es el que menos aprovecha esa circunstancia. El mejor de largo es el Levante, dueño de 45 de los 51 puntos puestos en liza en el Ciutat de Valencia. Le sigue el Real Oviedo, con 40 puntos de 54 posibles agarrados en el Carlos Tartiere. Girona y Getafe han sumado cada uno 37 en sus respectivos estadios por los 35 del Tenerife en el Heliodoro Rodríguez López y los 33 de un conjunto amarillo algo rezagado producto del repentino frenazo experimentado en sus últimos tres encuentros celebrados en el barrio de La Laguna.

Buena parte de las posibilidades del Cádiz de amarrar el acceso a la fase de ascenso pasa por lo que sea capaz de hacer en su feudo en el sprint decisivo. Su escasa producción en las últimas fechas complica la consecución de ese ambicioso reto por el que ahora pelea al cien por cien una vez certificada la permanencia con mayor solvencia de la imaginable en el arranque de campaña. Si el Carranza no lleva pegado el sello de fortín será más difícil conseguir la recompensa que supondría meter la cabeza en las rondas de la ilusionante puja por dar el salto a la élite.

Los amarillos empezaron la segunda vuelta en casa como un cohete gracias a tres victorias -ante Almería (1-0), Mirandés (2-1) y Rayo Vallecano (1-0)- y una igualada sin goles frente al Reus. Capturó 10 puntos de 12 posibles e impulsado por esa firme trayectoria se consolidó en las plazas de privilegio, en las que continúa pese a que en las semanas más recientes la diferencia sobre el séptimo quedó reducida de siete a los actuales dos puntos que ya no conceden margen de error salvo que los rivales directos también fallen.

La mejor noticia para el Cádiz es que no baja de la quina posición aunque haya perdido fuelle en su campo. Sigue dependiendo de sí mismo para lograr el objetivo y si realiza su deberes de manera aplicada abrazará uno de los puestos de la parte alta y dará igual lo que hagan los demás. Una de las misiones es volver a encontrar el camino del triunfo en el santuario cadista. No cabe más retraso. Por el césped del Carranza aún deben pasar Nástic de Tarragona, Córdoba y Elche, tres equipos enredados en el estrés que conllevan las urgencias de la dura contienda de la salvación y por ello muy peligrosos. Si los amarillos se las arreglan para quedarse con esos nueve puntos, se añadirán a los 54 que ya poseen más algunos que aún pueden embolsarse en los cuatros compromisos pendientes a domicilio ante Alcorcón, Real Zaragoza, Sevilla Atlético y Real Valladolid. Todos los partidos adquieren el rango de trascendentes ya sean aquí o allá y el equipo amarillo conserva el espíritu competitivo con el que persigue el pronto reencuentro con la victoria, un bien que será imprescindible en las siete jornadas que conforman la recta definitiva hasta llegar a la meta. Ganar es una obligación que no permite demora.

El Cádiz dibuja recorridos paralelos como local en la primera vuelta y en la segunda. En los siete duelos iniciales del campeonato en los que ejerció el papel de anfitrión se anotó 12 puntos -de los 21 disputados- resultantes de tres victorias, otros tantos empates y una sola derrota. En los siete choques dirimidos en casa en la segunda vuelta el itinerario es idéntico: los mismos 12 puntos e igual balance de triunfos, tablas y varapalos. Tanto en la primera como en la segunda vuelta recibió cuatro goles y la única diferencia radica en los ocho tantos marcados en esas siete citas del comienzo frente a los seis de la segunda. El Carranza dictará sentencia pero lo inmediato es cazar tres puntos fundamentales en el terreno del Alcorcón antes de pensar en el calor del hogar en la cita contra el conjunto tarraconense.

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