Dos temporadas con muchas más sombras que luces dio Sergio Mantecón con la elástica del Cádiz hasta que llegó el play-off. Esa fase de la campaña pasada en la que por fin aparecieron esas condiciones por las que hace dos veranos el club gaditano apostó por un jugador que procedía de Primera (Elche) y que estaba en la agenda de media Segunda A.

El ascenso no ha sido óbice para que el veterano pivote, que en junio cumplió 36 años, se haya movido por la quiniela de los descartes de cara al curso actual. Su papel en la fase de ascenso fue clave y de eso se dio cuenta Álvaro Cervera. Respondió como futbolista y como líder y jugador con tablas para afrontar las situaciones adversas que genera un play-off. Realmente se le fichó para eso aunque en otros muchos encuentros esas características brillaran por su ausencia.

Por el momento el debate sobre el futuro del centrocampista madrileño ha venido a menos. La sensación es que cada vez está más dentro que fuera, por lo que se puede entender que, por el momento, no es un jugador que tenga encima el cartel como descartado. Otro cuestión es lo que depare lo que resta de mercado de fichajes.

El Cádiz busca un centrocampista de corte creativo que ayude a esta labor a David Sánchez, hasta el momento el único futbolista con condiciones para asumir ese papel. Para el trabajo sucio o el que mezcle ambas cosas hay varios jugadores, entre ellos Mantecón.

El pivote ha comprobado como desde finales del pasado mes de abril su destino empezó a cambiar como integrante del plantel cadista. Criticado y señalado por una grada que, en su mayoría, no le perdonaba una, él se dedicó a trabajar aguantando el chaparrón hasta que el play-off sacó a relucir su mejor cara. La afición ha sabido reconocer ese papel determinante, si bien está fresco sus partidos grises a lo largo de dos temporadas.