Víctor Espárrago acuñó la semana pasada el eslogan "diez partidos, diez finales" antes del duelo contra el Villarreal B, que acabó con empate a cero, y ayer ofreció una rueda de prensa en El Rosal para comentar el partido que mañana disputará el Cádiz contra el Girona en el estadio Ramón de Carranza, el segundo que de manera consecutiva el conjunto amarillo jugará en su feudo.

Siguiendo la pauta marcada por el técnico uruguayo, la de mañana será la segunda de las esas diez finales que aguardan al Cádiz hasta el final de temporada. Los gaditanos deben saldar el choque contra los gerundenses con una victoria si pretenden conseguir esa especie de objeto de deseo en que se ha convertido la permanencia en Segunda, o lo que lo mismo, en la Liga de Fútbol Profesional.

El cuadro amarillo comparecerá mañana sobre el césped del Carranza con el único objetivo de sumar los tres puntos. Y lo hará después de haber realizado un "buen trabajo durante la semana", aseguró ayer el entrenador.

El técnico vaticinó un encuentro "complicado" contra el Girona, "como todos" los de una categoría tan igualada en la que es necesario un esfuerzo completo para sacar adelante cada partido.

La mala posición del Cádiz en la clasificación (antepenúltimo, en puesto de descenso y a tres puntos de la salvación antes del comienzo de esta jornada) no es obstáculo para que la plantilla mantenga un ánimo positivo para afrontar un duelo que se presenta como una oportunidad para tratar de escapar de la quema. "El equipo está bien en el aspecto físico, en el anímico y en el moral" señaló Espárrago.

El entrenador cadista recalcó la necesidad de "tratar de mejorar en la definición" después de las claras oportunidades que el equipo amarillo desperdició el pasado domingo frente al Villarreal B. "El equipo jugó bien ese partido, ahora nos falta tener un poco más de suerte y tener más claridad en la definición", agregó.

El míster tiene claro cuál fue la debilidad de su equipo en el último partido y esta semana ha trabajado con la idea de mejorar la puntería de cara a la portería contraria para aportar la salsa más apetecible que se puede saborear en el fútbol: el gol.

Recordó el entrenador sudamericano que contra el filial del club castellonense "jugamos bien, llegó un equipo difícil, sin responsabilidades y con buenos futbolistas. Nosotros tuvimos problemas en la primera parte pero después lo hicimos bien, presionamos, se cambió el balón de orientación y entramos por la bandas".

Pero no todos los partidos son iguales, y mucho menos los rivales. Del más inmediato, el Girona, destacó que es un conjunto "ordenado atrás, no se desarma nunca y está con más confianza después de haber salido de la zona peligrosa en las últimas semanas".

Para que el Cádiz pueda superar al rival de mañana será necesario, en su opinión, "presionar, tener posesión del balón, jugar rápido y entrar por las bandas". Y da por supuesto que si todo eso se hace bien, llegarán las oportunidades y con la puntería más afinada, los goles.

Espárrago alabó la fortaleza mental de los jugadores del Cádiz. "El equipo nunca baja los brazos, se entrega en la cancha, la actitud es total, después se puede tener o no el día acertado". Resaltó además que en los equipos que ha entrenado "los jugadores lo han dado todo, tienen que llegar al vestuario extenuados y con la cabeza alta".

Preguntado sobre el importante papel de la afición en el partido que mañana se celebra en el Carranza, el técnico uruguayo apuntó que "siempre digo que la gente está ahí apoyando, no se le puede pedir más". Reconoció que a la afición "le estamos dando todo lo que se merece en actitud, pero no en resultados".

Así, la intención del cuerpo y técnico y la plantilla es que "la gente disfrute, porque la afición está cumpliendo", finalizó Espárrago. Y para que la gente disfrute, nada mejor que una victoria que alimente las esperanzas de una salvación que todavía es posible.