La deriva del Cádiz CF genera preocupación

El discurso de soñar con el play-off era equivocado porque el Cádiz CF 2024/25, el que quedó en manos de Gaizka Garitano después del mercado de invierno, no da para más. El equipo tuvo la capacidad de salir de la zona de descenso, de abrir cierta brecha con el 'fango' y de acercarse a la zona media-alta para admiración y sorpresa del cadismo. Pero la realidad ha llegado de golpe y porrazo; este Cádiz CF está cogido con alfileres en diversos aspectos y al final esa pésima planificación da la cara.

Las tres últimas jornadas han mostrado las ataduras de un proyecto que no se sostiene si tiene que mirar de mitad de la clasificación hacia arriba. Garitano ha tratado de dar con la tecla y no lo ha conseguido, y ya venía avisando que era muy difícil meterse arriba viniendo desde las posiciones más bajas. Nunca ha tenido una mala palabra hacia sus futbolistas, si bien es un hecho que esa reflexión de analizar cómo alcanzar el play-off tiene detrás en un alto porcentaje las carencias de su plantilla.

Tenerife, Eibar y, por último, Deportivo. Tres rivales similares o peor clasificados a los que no ha podido ganar el Cádiz CF. Tres decepciones que han devuelto la campaña a la casilla de salida en cuanto a volver a pelear por la permanencia. Sólo dos triunfos en las últimas siete jornadas ponen de manifiesto que esa perfección que disfrutaba la masa social tenía los días contados. Y así ha sido como el equipo cae viejos errores sin ser tampoco el caos de la etapa de Paco López.

Quizás el Cádiz CF no contaba con el resurgir de Eldense y Tenerife, que están elevando la temperatura de la zona baja con una puntuación que asusta a aquellos conjuntos que se mueven entre los 44 y 46 puntos. El Eldense quiere meter en líos gordos al Zaragoza y al Sporting, dos históricos con la soga al cuello que buscan desesperadamente victorias que le hagan escalar hasta ese grupo de equipos donde está el Cádiz CF.

La situación es que hay que llegar a los 52 puntos cuanto antes -algunos dicen que 50 serán suficientes-, por lo civil o lo criminal, aunque para ese fin hay que jugar de otra manera y con una ambición mayor a la mostrada en La Coruña, donde el Cádiz CF perdió (1-0) sin hacer el rival nada del otro mundo, que es otro mensaje malo. No va Ontiveros y otros que deben unirse a la causa tampoco aparecen, por lo que el principal soporte del equipo se dedica a pelear por dejar su portería a cero y eso suele ser un arma de doble filo.

Si bien en el primer periodo fueron más frecuentes los acercamientos, en el segundo el porcentaje se derrumbó y esa iniciativa le correspondió al Deportivo, que al final consiguió asestar ese golpe que le dio el premio completo. El Cádiz CF se fue apagando a medida que se efectuaban cambios desde el banquillo que no mejoraban al once inicial. El empeoramiento fue palpable porque da igual que en la convocatoria estén 22 ó 23 jugadores si la mediocridad es la tónica general.

Mal sabor de boca en La Coruña y una derrota que acerca el viejo fantasma del descenso a Primera Federación. El Cádiz CF, desde finales de diciembre, hizo lo más complicado sacando al equipo de aquellos puestos pantanosos, pero la tarea no ha terminado y quedan deberes que se han atascado en los últimos exámenes. Aprobar es evitar el batacazo de la pérdida de categoría, aunque las perspectivas de las buenas notas soñadas el pasado verano quedan en nada a tenor de lo que está sucediendo con un Cádiz CF que, a pesar del 'efecto Garitano', está demostrando ser un equipo mediocre. Igual que la gestión deportiva de sus dirigentes.