Cádiz CF

Un punto más desde la muralla (0-0)

  • El Cádiz CF contiene el caudal ofensivo del Celta y se acerca un poco más a la permanencia

Iza Carcelén y Murillo pugnan por el balón.

Iza Carcelén y Murillo pugnan por el balón. / Jesús Marín

Todo lo que sea sumar es bueno y el Cádiz CF avanzó un punto más camino de la salvación gracias al empate frente al Celta de Vigo en Carranza. La equis hizo justicia entre equipos con estilos muy opuestos.

Los gaditanos exprimieron su máxima cualidad, la defensa, para dejar la portería a cero. Contuvieron con eficiencia a un rival que no encontró un solo agujero, aunque no tuvieron demasiada clarividencia en ataque. Tiraron poco y sólo en la primera mitad. Ningún disparo a puerta en la segunda, pero el resultado es bueno. Un punto más para alcanzar los 36 el día del quinto cumpleaños de Álvaro Cervera en el banquillo cadista.

La salvación está más cerca. Tres partidos seguidos sin perder, un punto más y se mantiene la distancia de nueve sobre el descenso pero con una jornada menos para el final. El Cádiz CF sabe muy lo que hace. No ofrece un fútbol vistoso pero sí con el suficiente.

No hubo sorpresas en el planteamiento, con el habitual molde defensivo apoyado en un 4-4-2 y Filip Malbasic como principal novedad, incrustado en la banda izquierda más ocupado de defender que de atacar.

El Celta quiso el balón desde el pitido inicial y el conjunto de casa no tuvo el más mínimo inconveniente en cederle la iniciativa. Nada que no se haya visto en tantas otras ocasiones.

El guión fue el previsible, ajustado a las preferencias en las últimas temporadas de un equipo que se siente cómodo replegado en su parcela a la espera de su momento a la contra. Asume con naturalidad el riesgo de que el esférico merodee por su área con frecuencia con una acentuada apuesta defensiva.

Los celestes asediaron sin rodeos el área cadista aunque el primero en tirar a puerta fue Rubén Sobrino en el minuto 13 después de una jugada casi 'messiana', con un largo esprint con el que se escapó de varios adversarios hasta plantarse delante del arquero.

Los porteros empezaron a tomar protagonismo Iván Villar abortó la intentona de Sobrino y poco después Ledesma respondió con brillantez a un derechazo lejano de Nolito.

De nuevo emergió la figura del cancerbero celtiña (en el 20) para tocar al cuero, que se estrelló en el larguero tras un remate de Malbasic en el interior del área.

Los locales no tardaron en destapar la fragilidad de la zaga de un Celta blando atrás pero con calidad a toneladas de tres cuartos en adelante, con continuos movimientos asociativos.

La balanza se podía inclinar a favor de cualquiera de los dos, aunque los locales no aprovecharon su momento y dejaron de aparecer arriba.

Ledesma despejó un disparo de larga distancia de Tapia en el 31 tres minutos más tarde llegó la acción más peligrosa de los gallegos con un gol anulado a Hugo Mallo por fuera de juego por milímetros como determinó el VAR.

El tanto no subió al marcador aunque supuso un serio aviso tras un magistral pase de Nolito completamente solo desde tres cuartos. Los visitantes acrecentaron su dominio y los anfitriones dejaron de robar y salir a la contra, con Jonsson casi como central más.

El descanso era lo mejor que le podía suceder a un Cádiz CF venido a menos, muy atrás, obligado a desgastarse en la destrucción ante el permanente caudal ofensivo de los vigueses.

El empate no era un mal resultado al intermedio dada la diferencia de calidad entre un equipo y otro.

Poco cambió el decorado en la reanudación. Los gaditanos, pertrechados en su terreno con intención de sorprender a contramano. Ledesma sostuvo a los suyos en el 50 al desviar un remate de Brais Méndez.

El sufrimiento parecía inevitable para contener el ansia atacante de un Celta que circulaba el cuero de un lado a otro aunque sin hallar una grieta en la muralla. Los de casa mantuvieron el orden y hasta se atrevieron a salir con más frecuencia a la contra.

Los visitantes dejaron espacios en su campo y los amarillos activaron el acordeón para desplegarse y replegarse con rapidez, ya con Lozano, Iván Alejo y Jairo sobre el césped en busca de frescura en la recta final.

No brillaron los locales ni tampoco los foráneos y el duelo llegó al tramo definitivo con la resolución en el aire, cada uno fiel su 'modus operandi'.

El Cádiz CF no terminaba de llegar a puerta en la segunda mitad, aunque en el 78 tuvo cerca el gol con un centro raso de Espino que hizo que el balón se pasease por el área pequeña a escasos centímetros de Lozano.

El partido se encaminó el empate sin goles aunque los gallegos estuvieron muy cerca de marcar en la última jugada.

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