El Cádiz CF juega con fuego y se quema. No es la primera vez ni será la última. Lo apuesta todo a una carta, la de la portería a cero, pero una vez más se repite la historia. Defiende con solidez pero recibe un gol y ahí se acaba todo, como sucedió en el duelo andaluz frente al Betis. Los tres puntos se fueron por la autopista a Sevilla (0-1)

El conjunto amarillo recibió un duro castigo después de contener al Betis durante casi todo el encuentro. Tenía un punto en su mano pero se estrelló con la cruda realidad, la de una derrota que quizás no mereció aunque al final pagó cara su racanería en ataque.

La trayectoria del Cádiz CF en la Liga refleja que casi nunca deja la portería a cero. Sólo una vez en las 16 jornadas anteriores. Para no perder costumbre, volvió a recibir un tanto con el que se fue a la lona. Un gol e los últimos minuto acabó con su resistencia y el camino hacia la salvación se vuelve a complicar.

Aquel punto en el Camp Nou, por mucha campanada que fuese, es un hecho aislado en un equipo que en seis cita de la segunda vuelta acumula cinco derrotas y un empate, es decir, un punto de 18 con el estadio Carranza convertido en un chollo para el rival de turno. Tercer revés consecutivo en casa y sensación de equipo que más allá de la defensa no tiene otro argumento.

Nadie esperaba un desarrollo distinto al que se dio sobre el tapete. Los amarillos no engañan y se ciñen al guión, con todos sus argumentos en la casilla de la defensa, con poca apetencia por balón que dejó manejar a los verdiblancos.

Demasiado atrás se metieron los de casa, con el viento en contra y pocas opciones cuando recuperaban el esférico aunque el dieron el primer aviso con un certero pase en profundidad de Alberto Perea a Negredo que el delantero no controló cuando estaba solo delante del portero.

Pero el primer tiro a puerta lo hizo Guido Rodríguez (minuto 5) desde fuera del área con el cuero repelido con el pecho por Jeremías Ledesma.

El Cádiz CF estaba peligrosamente retrasado, muy pegado a su área, toda una invitación a los disparos lejanos de los visitantes, como el de Víctor Ruiz (en el 17) que obligó al cancerbero a estirarse al máximo para impedir el gol.

Garrido era un central más y Salvi y Perea parecían laterales en lugar de extremos, con Álex sin poder ejercer de cerebro y Sobrino y Negredo que no parecían delanteros. Una labor ingrata la de los arietes, más centrados en defender su portería que en atacar la contraria a la espera de su momento.

El paso del tiempo asentó a cada contrincante en su idea de juego. Canales y compañía movieron el balón de un lado a otro con escasa capacidad de sorprender a un equipo amarillo tan ordenado en la labor destructiva como desaparecido en la misión ofensiva salvo en alguna acción a balón parado.

El partido no podía será más aburrido, casi sin llegadas a las áreas dignas de mención, pero los anfitriones conseguían su primer objetivo de no verse por debajo en el marcador y mantener sus opciones intactas.

Los de Álvaro Cervera tardaron 39 minutos en hacer su primer lanzamiento a dirigido a portería, protagonizado por Salvi (suave con el pie izquierdo) desde la frontal del área y respondido con una mano de Joel Robles para evitar que el cuero se colase junto a un poste.

Fue en la recta final del primer periodo cuando se sucedieron las ocasiones. Replicó Canales tres minutos después con un zurdazo desde al balcón del área y el balón se escapó muy cerca del poste. Pero la última palabra la tuvo Sobrino justo antes del intermedio con la ocasión más clara hasta ese instante del encuentro. Balón largo para Negredo, que prolongó de cabeza al interior del área y Sobrino se anticipó a Víctor Ruiz con un remate que sacó Joel Robles.

La última acción antes del descanso fue el ejemplo del estilo del Cádiz CF. Férreo sistema, juego directo y aprovechamiento de alguna conexión arriba.

Poco cambió el decorado en tras el paso por vestuarios, con los de casa entregados a la neutralización de un rival que no terminaba de encontrar espacios pero sí los dejaba en su parcela. Perea, en el 57, se topó con al acierto de Joel Robles con un derechazo bien dirigido.

El reloj empezó a correr hacia el final y los amarillos dieron la sensación de querer dar un paso más aunque los sevillanos acumularon más hombres en ataque y causaron algún que otro de dolor de cabeza.

En el 68, un error de Espino propició una entrega involuntaria del balón a Guardado, que lanzó desde la frontal con mucha intención y Ledesma desvió para evitar el 0-1.

Apretaron los visitantes en un duelo que se encaminaba hacia el cerocerismo definitivo. Cervera refrescó con José Mari y Saponjic sin romper el dibujo sobre el césped. Los locales no arriesgaron lo más mínimo porque se agarraban al punto hasta que todo saltó por los aires en el minuto 84.

Cuando el empate parecía casi asegurado, los de Manuel Pellegrini sacaron petróleo de una falta. Emerson centró al interior del área y Juanmi se adelantó en el salto a Saponjic para cabecear el esférico al fondo de la portería. El serbio es muy alto pero se durmió. 0-1 con muy poco tiempo para un Cádiz CF noqueado que no reaccionó. Con el gol se acabó el partido pese a los diez minutos sin respuesta del perdedor.