Cádiz CF

El Cádiz CF muere en la orilla (1-2)

Lucas Pérez controla el balón ante Sabaly.

Lucas Pérez controla el balón ante Sabaly. / Jesús Marín

El Cádiz CF sufrió la primera derrota en casa de la era Sergio González. El equipo amarillo sucumbió (1-2) ante un Betis que tiró de la calidad de sus mejores jugadores para desequilibrar la balanza.

Los amarillos llegaron a soñar con la victoria cuando se pusieron por delante en el marcador en la segunda parte, pero al final se impuso la calidad de los visitantes. El acierto del Betis y los errores propios condenaron a los anfitriones. Y también el VAR, impulsor del penalti que acabó costando la derrota.

El revés impide al cuadro gaditano superar al Granada en la clasificación y además le complica la vida en la pelea por la permanencia. El próximo duelo, en el campo del Barcelona.

Salió el Cádiz CF con el bloque ya conocido y con valentía, como es habitual en los tiempos más recientes. Un 4-4-2 de manual que arrancó con un serio aviso. Antes del primer minuto, internada y centro de Akapo al interior del área y volea de Idrissi que estrelló el balón contra Sabaly.

No hubo la más mínima tregua desde los compases iniciales. Un duelo intenso, entretenido, un toma y daca constante que exigió el máximo esfuerzo.

Los amarillos pusieron en práctica la teoría que habían estudiado durante la semana, siempre con el modo acordeón activado, rápidos en el repliegue y el despliegue. Tan importante fue la defensa como el ataque, sin complejos a la hora de discutir el balón a un rival de indiscutible calidad.

Los de casa se mostraron seguros, sin dejar maniobrar a Canales, Fekir y compañía. La primera llegada peligrosa del Betis se debió a un error de bulto de Pacha Espino en el minuto 16. El lateral erró con la cabeza y dejó un pasillo para que Sabaly llegase hasta los dominios de Ledesma y diese un paso al corazón del área, remató Willian José y Fede San Emeterio, en lugar de despejar, marcó en propia puerta pero el gol fue anulado por fuera de juego de Fekir. El cuero había entrado y el VAR confirmó la posición ilegal del atacante, que había entrado en la puja por el cuero.

El susto, mayúsculo, dio paso a una fase de control del cuadro verdiblanco, dueño del esférico cuando aparecieron Canales y Fekir. Este último empezó a desequilibrar con mucho peligro poco después de que el colegiado Gil Manzano le perdonase la expulsión por una agresión a Iván Alejo poco antes de la media hora. El manotazo era merecedor de la cartulina roja, pero que el Cádiz CF sea perjudicado se ha convertido en una fea costumbre a lo largo de la temporada.

No se arredraron los locales, empleados a fondo en la labores defensivas aunque venidos a menos en la tareas ofensivas hasta un último arreón antes del descanso. En el 41, el balón pasó por varios jugadores dentro del área pero ninguno miró a la portería visitante.

En el 43, un disparo flojo de Rubén Alcaraz desde la frontal del área acabó con el cuero entre los brazos de Claudio Bravo. En el 44, otro alto de Idrissi. Se vino arriba el equipo de casa poco antes del intermedio aunque sin acierto. En la prolongación, de nuevo lo intentó Alcaraz, esta vez muy desviado.

La primera parte murió sin goles y con escasez de ocasiones claras, aunque no hubo lugar para el aburrimiento. Los amarillos, pese a algunos momentos de apuros, se las arreglaron para contener a un Betis que ofreció algunos chispazos sin más.

El encuentro quedó reducido a los segundos 45 minutos en los que todo estaba por decidir. El Betis dio un paso al frente en la reanudación. En el 48 se asociaron Canales y Fekir en una jugada de tiralíneas que culminó Guardado con un zurdazo desde el balcón del área que llevó el balón hasta el larguero.

El dominio del cuadro sevillano se acrecentó y el Cadiz CF empezó a pasarlo mal, metido muy atrás aunque sin renunciar a la contra. En el 54, Negredo no llegó por centímetros en boca de gol e Idrissi remató fuera en una acción invalidada por juera de juego.

Y es que los amarillos no se resignaron a vivir bajo el yugo de la calidad verdiblanca. Quién dijo miedo. En el 58, Iván Alejo inauguró el marcador al aprovechar un mal despeje hacia atrás de la zaga visitante. El extremo, solo delante del portero, fusiló a placer para poner el 1-0. El auxiliar de banda levantó el banderín por un fuera de juego que no existió porque el balón procedía de un contrario. El árbitro corrigió al linier y el gol pasó también el corte del VAR.

El tanto abrió un escenario nuevo, favorable a los intereses de los amarillos, que estuvieron cerca de ampliar la ventaja en el 69 con un cabezazo de Negredo que Pezzella salvó casi en la línea de gol.

El partido entró en la fase decisiva. Los de casa protegieron su área con todos los efectivos en plena oleada bética. La recta final se jugó en la parcela cadista con algún contragolpe sin éxito. Llegaron los momentos de agobio, lógicos ante un adversario preñado de calidad. Los cambios del Betis derivaron en un giro radical. Sus goles llegaron desde el banquillo.

Y fue de la calidad de Fekir de donde salió el gol del empate. El francés, pletórico, sirvió a Tello que en su primera intervención soltó un disparo suave y colocado desde la frontal con el que restableció el empate a uno en el minuto 78.

Y poco después, en el 84, penalti de Rubén Alcaraz a Borja Iglesias. El jugador del Cádiz CF no acertó a despejar y dio una patada al delantero dentro del área. El árbitro no señaló nada pero acudió al monitor a revisar la jugada avisado por el VAR. Esta vez no hubo cabida a la interpretación. Del no penalti se pasó a la pena máxima que transformó Borja Iglesias. 1-2 con poco tiempo por delante.

El Cádiz CF se vio ganador pero se quedó sin ningún punto. Claudio Bravo evitó el empate al repeler el balón tras un libre directo de Rubén Alcaraz y en el alargue los locales reclamaron un penalti en un barullo.

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