La cara y la cruz de la categoría

Respuesta escasa a la primera aparición en el Carranza del Cádiz como líder del grupo IV y del Poli Ejido como cadáver de lo que fue un club de Segunda A que en la actualidad se hunde rumbo a Tercera y, si nadie lo remedia, a la desaparición. El caso que se vivió ayer en Carranza demuestra que sobra la actual Segunda B si el formato que la rodea es el mismo que está llevando un año tras otro a históricos y otros no tanto a perderse por Tercera o a decir adiós.

El estreno futbolero del año 2012 en el templo del cadismo llegó con un sentido, y merecido, minuto de silencio a la memoria de Francisco Cervera. Gran cadista que se dejó el alma como dirigente del mejor Cádiz de la historia, sin olvidar su pasión por el Balón, ese otro club que ahora camina de la mano del Cádiz gracias a su labor. Cuando el equipo del mítico Pedro Fernández estaba a punto de fallecer, Cervera movió fichas para evitarlo. Se nos ha ido un cadista-balonista de los de verdad.

La primera parte estuvo marcada por el escaso ambiente de una grada contagiada de lo poco que pasaba sobre el césped. Un tostón generalizado, que se dice. Aplausos a la salida del Poli Ejido de los gaditanos excadistas Juanito, Fran Cortés y Dani Miguélez. Durante el choque, Juanito fue el que más destacó de los tres.

Hasta la llegada del primer gol, a los 27 minutos, el encuentro estuvo más parado que un belén. Al menos, el uno a cero, obra de Murillo, animó al personal y permitió ver el camino despejado. Pero otra vez llegó al aburrimiento hasta el 44', cuando cayó el segundo.

El primer periodo dejó poco juego y algo de guasa por parte de algún sector de la grada que no dudó en cargar contra Dani Miguélez. No se libró del "eeeeeeh....", cuando sacó de portería, y para colmo el tercer gol abrió el camino de la burla. Sobró esa respuesta porque, con mayor o menor acierto en su pasado cadista, no es un portero cualquiera. Como la segunda parte estaba todavía con menos ambiente que la primera, parte del público se acordó del máximo accionista, Antonio Muñoz Vera, con insultos y el ya famoso "dile que se vaya". Y es que ya se ha escrito varias veces que es mal negocio para Muñoz que la afición de Carranza esté aburrida.

Al menos el segundo periodo dejó el regreso de José Serrano, que regaló a la galería un cambio de orientación digno de elogiar. Lo presenciaron los 6.834 espectadores que acudieron al estadio y que también vieron medio apagado el punto de luz existente en Fondo Sur, como asumiendo que con lo que hacía el Poli no era interesante iluminar el área cadista. Los cerca de 7.000 escucharon la nueva música que la megafonía entregó al descanso tras casi una vuelta con el mismo CD de "No hay más". Pues había más. Lo que no hagan los Reyes Magos...