Cádiz CF

El Cádiz CF sufre una injusta derrota ante el Barcelona (0-1)

Robert Navarro con el balón ante Christensen.

Robert Navarro con el balón ante Christensen. / Jesús Marín

El Cádiz CF desperdició la oportunidad de dar un importante paso hacia la permanencia. Una pena porque no mereció perder ante el Barcelona en un choque igualado que se resolvió con 0-1 fruto de un saque de esquina mal defendido. Esa fue la diferencia y no otra porque el poderoso no fue superior. Lo justo hubiese sido un empate, pero la realidad es que el conjunto amarillo se quedó sin sumar y una semana más continúa en la misma situación, en zona de descenso pero con una jornada menos para el final del campeonato.

Plantó cara con gallardía el modesto, pero al final siempre hay algo que le impide avanzar. Jugarse la vida contra uno de los grandes no era el escenario idea para dar un salto en la tabla, pero no sumó por pequeños detalles, en este caso por una jugada mal defendida. Y eso que no paró de intentarlo desde el principio hasta el final.

Mauricio Pellegrino sacó al que considera ahora mismo como su mejor once frente a las numerosas rotaciones que aplicó Xavi Hernández en el primer duelo entre ambos como entrenadores. En su día, a finales de los 90, compartieron vestuario en el Barcelona como futbolistas.

El partido, con el aderezo por el viento de levante, arrancó con un ritmo frenético difícil de sostener. Los locales presionaron arriba desde el pitido inicial como si no hubiese un mañana. Demasiado desgaste en busca de un tempranero golpe de efecto. La duda era hasta cuándo iban a ser capaces de aguantar.

La valentía del pequeño frente al grande fue incuestionable. De hecho, le discutió la posesión del balón con un 4-4-2 en modo acordeón y celeridad en el repliegue y el despliegue.

No sufría nada un Cádiz CF muy ordenado y con las líneas juntas con la intención de cerrar las líneas de pase a un rival al que no se le vio nada cómodo. Le costó sacar la pelota al Barcelona ante una presión asfixiante.

Mucho físico y pocas ocasiones. La primera tardó en llegar 21 minutos con un disparo de Javi Hernández desde el costado izquierdo, ya dentro del área, que se topó con los puños de Ter Stegen.

Replicó Fermín con un tiro lejano que no encontró puerta. La realidad era que el balón entraba más en el área azulgrana que en la cadista. Era la señal diáfana de que los amarillos estaban haciéndolo bien, sin dar opciones a un oponente con escasas conexiones arriba.

La mejor noticia a la media hora era que el conjunto de casa estaba plantando cara al poderoso. El primer esfuerzo de Jeremías Conan Ledesma fue el 32 para repeler el esférico tras un centro de Héctor Fort que se había envenenado por el capricho de Eolo.

El Cádiz CF siguió a lo suyo, sin abandonar la presión alta que tanto molestaba a los visitantes pero el equilibrio en el marcador se quebró a favor de los catalanes en una acción aislada a balón parado.

Cuando todo parecía bajo control, un saque de esquina mal defendido por los locales en el 36 se tradujo en el 0-1. Álex Fernández despejó de cabeza en el primer palo, el balón llegó al segundo y allí Joao Félix fue más listo que Javi Hernández e Iza Carcelén al imrpvisar una chilena con la que sorprendió a Ledesma. La decisión del portugués contrastó con el titubeo de los zagueros, a los que les faltó valor para meter la cabeza y provocar juego peligroso.

Los locales se estrellaron con la dura realidad cuando el equipo grande no perdonó y cobró ventaja sin haberlo merecido. Así de cruel es el fútbol. El tanto fue un duro golpe en la línea de flotación de la nave amarilla, a un paso de irse a la deriva cuando, en el 43, Víctor Chust sacó el cuero en línea de gol tras un remate a placer de Fermín que había superado al cancerbero.

El Cádiz CF llegó al descanso con un 0-1 tan doloroso como injusto que no reflejó la igualdad que había imperado sobre el tapete.

La dificultad del desafío subió de nivel para un equipo amarillo obligado a buscar la proeza con una remontada en la reanudación. Ya no sólo tenía que contener al rival, además debía ver puerta.

El Barcelona salió en la segunda mitad más dispuesto a atesorar la pelota mientras Chris Ramos tuvo que pedir el cambio por un golpe en un costado que precipitó la reaparición de Maxi Gómez. En su primera intervención, prolongó el balón a la derecha a Iza Carcelén y el centro del portuense al interior área lo remató a gol Juanmi en un fuera de juego que no admitió ninguna duda. El ariete estaba muy mal posicionado.

El tanto no fue válido pero animó por momentos a un Cádiz CF que intentó apretar arriba. En el 56, Víctor Chust cabeceó fuera y en el 57, un peligroso centro de Javi Hernández lo sacó Cubarsí. Un minuto después, la parroquia cadista reclamó penalti por una mano de Christensen que no apreciaron no el colegiado ni desde el VAR.

El perdedor no tenía más remedio que arriesgar. El cuadro anfitrión presionó a la desesperada y puso no pocos centros al área que chocaron contra una muralla. Los azulgranas sabían que un segundo gol suponía la sentencia y en el 60 a punto estuvo de lograrlo Joao Félix con un remate que se escapó muy cerca de un poste.

En el 66, más polémica cuando un derribo de Cubarsí a Iza Carcelén dentro del área quedó en nada por un fuera de juego muy dudoso señalado a Sobrino, que había servido a su compañero.

Sin demasiado acierto, pero el Cádiz CF no paró de intentar evitar la derrota mientras dejaba cada vez más espacios atrás ya con Pedri y Yamine Lamal sobre el verde. La cuestión era mantenerse con vida para tener opciones de puntuar. En el 71. Joao Félix tiró al palo pero en fuera de juego.

Más polémica con un pisotón de Joao Félix a Iza dentro del área una vez más sin castigo. los locales lo dieron todo y rozaron el empate. En el 78, Ter Stegen impidió el empate con un paradón tras un misil de Samassékou desde fuera del área. El maliense acaba de unirse al partido junto con Machís y Roger Martí, que regresó a la competición cuatro meses después de la fractura de peroné que sufrió en Las Palmas.

Los cambios inyectaron energía en una recta final preñada de incertidumbre a la que también se incorporó Lucas Pires. Apretaron todo lo que pudieron los de casa apoyados por una afición que no paró de animar.

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