Cádiz CF: la dureza del Granada y el estado del césped, lo peor del amistoso
Obeng acabó con un golpe fuerte y el Granada sufrió una expulsión sobre un terreno de juego que no estuvo a la altura
Un empate y poca historia del Cádiz CF ante el Granada (1-1)
El cuarto encuentro de preparación del Cádiz CF dejó dos aspectos que no gustaron. Uno de ellos afectó a los dos conjuntos; el otro especialmente al equipo amarillo. Gaizka Garitano trató de ser prudente y comedido pero hubo cosas del amistoso que le dejaron un mal sabor de boca.
Para empezar, es de agradecer que el Chiclana CF se volcara para que el partido entre dos equipos de Segunda División tuviera la mejor carta de presentación posible. El Campo Municipal presentó un aspecto digno para el 'bolo' salvo por el estado del terreno de juego, que dejó que desear. Había zonas en las que faltaba césped y otras muchas con una irregularidad que era un problema para que rodara el balón y un peligro para las rodillas y tobillos de los futbolistas de ambos equipos.
Fue palpable en el rostro de los jugadores del Cádiz CF y el Granada la sensación visual que causaba el rectángulo de juego cuando llegaron a las instalaciones, de lo que también dieron buena cuenta los dos entrenadores, Garitano y Pacheta. Ya no había marcha atrás pero el terreno de juego no estaba a la altura.
Durante el juego se pudo comprobar que el problema visual era mayor cuando se trataba de hacer mover el esférico y de correr sobre la hierba. Pero a los dos equipos no les quedó otra que adaptarse para llevar a cabo un nuevo ensayo veraniego.
Dureza granadinista
Durante el encuentro, que acabó empate a un gol tras los tantos de Lucas Boyé y Roger Martí, el conjunto de Pacheta se acercó y llegó a rebasar el límite del reglamento en algunas entradas, así como que no respetó del todo el código de 'no agresión' en un partido que solo es un amistoso.
Las malas formas puntuales se vieron en el primer periodo sobre futbolistas como De la Rosa y, sobre todo, Nico Junior, quien fue objeto de dos faltas 'feas'. Pero en el segundo periodo y especialmente tras quedarse con diez jugadores por la expulsión de Obi, el Granada trató de defender su renta y salvaguardarse del ataque amarillo con unas formas que no gustaron y que alcanzaron la zona de banquillos.
Concretamente la tensión se hizo palpable en una dura entrada sobre Obeng que provocó que el jugador del Cádiz CF se retirara lesionado poco antes del final, dejando su lugar al canterano Juan Díaz. Una pequeña tangana se formó en el terreno de juego y alcanzó con alguna que otra discusión a los entrenadores.
Como sería el nivel de malestar que tal y como el colegiado decretó el final del amistoso, Garitano y Pacheta discutieron por lo acontecido tratando de calmar el técnico del Granada a su compañero de profesión, empleando para ello incluso un beso en la cabeza con el que se rebajó la tensión.
También te puede interesar