La mejor entrada de la temporada en el estadio Nuevo Mirandilla (antiguo Carranza), con casi 20.000 personas (19.500), confirmaba en la tarde de este sábado que llegaba a la capital gaditana uno de esos equipos que generan locura en los seguidores propios y en los del rival. Buen ambiente en el templo del cadismo, donde los ánimos, al menos casi todo el encuentro, estuvieron por encima de las protestas tan habituales esta temporada. Lo peor, el infarto de un espectador en Fondo Sur que mantuvo el partido parado 45 minutos.

Al margen del homenaje a Mágico González, el Cádiz-Barcelona dejó las ganas de los aficionados para que se repitiera lo de las dos últimas campañas con este rival. También dejó que parece que se va pasando el malestar con Lucas Pérez y sus ansias por jugar dos categorías por debajo para defender la elástica del Deportivo. Igualmente dejó que Piqué cae mal aquí... y en otros muchos lugares aunque las causas sea más que discutibles. Dejó la sorpresa de la masa social con Momo Mbaye en el once cuando peor es la situación. Y dejó una dosis de calma que también se hace necesaria dentro y fuera del palco.

Cualquier partido del Cádiz CF en casa es un espectáculo en los aledaños del campo. Ni que decir lo que se ha vivido este sábado. Las banderas y camisetas amarillas y azulgranas convivían en la calle con respeto y ambientando ese colorido tan necesario y que es el alma del fútbol y del deporte en general. Los comercios de la zona, a los que Carnaval, Semana Santa y Magnas nos les pilla ni de rebote, hicieron su agosto en septiembre, que también es de agradecer.

Dentro del templo del cadismo, la gente vio como Xavi tiene más sangre de entrenador que de jugador por sus protestas en la banda a no se sabe qué... La afición cantó, gritó y aplaudió todo porque necesita marcha, la que debe dar un equipo llamado a pelear su estancia en Primera. Los hinchas se enfadaban con Del Cerro Grande como seguro que se molestaron en la Ciudad Condal porque... no hay más cera que la que arde. Y la gente vio que la grada alta de Tribuna era más culé que el Camp Nou.

Cayó el 0-1 y el cadismo elevó sus prestaciones cantando el "te quiero Cadiz, lololololooooo". Había que empujar porque en la banda esperaban para entrar Lewandoski, Pedri y Dembélé... Ahí es nada. Tocaba sufrir a pesar de que se llevan cinco semanas de sufrimiento. Es cierto que el gol con el paso de los minutos despertaba la certeza de otra derrota, la quinta. El segundo tanto la confirmaba. Se acabó la buena racha contra el Barça. Y es que esta temporada se está acabando todo lo bueno.