Lejos queda la última alegría del Real Zaragoza jugando lejos de La Romareda, ya que hay que remontarse al 9 de febrero para verle salir feliz de un encuentro como visitante. Aquel día el equipo aragonés ganó 1-2 en Lugo, aunque desde entonces ha ido acumulando decepciones cuando ha jugado lejos de sus incondicionales.

Víctor Fernández, el entrenador del equipo, es consciente de la importante dificultad que atraviesan cuando en las últimas semanas acuden a los campos de sus rivales, por lo que está estudiando el tema para dar con la pócima que varíe esa tendencia. Esa pócima incluso podría traer de la mano un dibujo del equipo sobre el terreno de juego.

Desde Zaragoza, tienen claro que el desplazamiento hasta la capital gaditana debe ser el comienzo del cambio de tendencia que aleje, de una vez, el peligro del descenso. Las tres últimas salida resultaron un desastre al acumular el cuadro maño tres derrotas (Mallorca 3-0, Granada 1-0 y Osasuna (1-0). Si bien es cierto que los adversario son candidatos a estar en la zona de los elegidos, no lo es menos que con ese objetivo arrancaban los zaragocistas cuando en agosto echó la pelota a rodar.

Lo curioso es que de la mano de Víctor Fernández, las primeras salidas del Zaragoza resultaron placenteras, pues fue capaz de puntuar en Gijón, Majadahonda, Las Palmas y el mencionado triunfo en Lugo. El técnico lo dijo al acabar el choque con el Nástic (3-0). “Algo tenemos que hacer para poder ganar en Cádiz. Somos capaces, ¿eh? No sé cómo. Pero somos capaces. Algo tendremos que hacer para el lunes. Algo distinto. Yo qué sé cómo”.

Víctor tiene entre ceja y ceja modificar lo que sucedió en las tres últimas salidas; borrón y cuenta nueva a las decepciones de Palma, Granada y Pamplona. Y lo peor para el Zaragoza es que el Cádiz va sexto, aunque en las últimas jornadas no brilla como lo hizo antes de romper la última racha de victorias.“Estamos mejor que la semana pasada, pero no estamos mucho mejor que hace quince días”, apuntó el preparador zaragocista.