Tenerife-Cádiz

Lección de carácter (1-1)

  • El conjunto gaditano, lastrado por la injusta expulsión de Ortuño antes del descanso, araña un punto de oro en el tiempo extra gracias a una fulgurante reacción tras el gol de los locales

El punto que ayer sumó el Cádiz en Tenerife vale su peso en oro. No le sirve para salir de la zona de descenso, pero sí es una sobredosis de autoestima dada la coyuntura adversa con la que tuvo que desenvolverse. Una decisión arbitral polémica, una más, dificultó el camino de un equipo que se quedó sin Ortuño poco antes del descanso por una expulsión injusta. Con un jugador menos y el partido perdido tras el gol de los locales en el minuto 78, el Cádiz tiró de carácter y encontró premio a su reacción en el tiempo añadido con un tanto de Gorka Santamaría que fue la justa recompensa al duro trabajo de todo el equipo, que no merecía el castigo de la derrota. 

El gol que tanto se había resistido en los últimos duelos llegó cuando más necesario era. El empate a uno, que ya era bueno después de lo sucedido, casi se convirtió en victoria con una ocasión más al final. 

 

Los gaditanos nunca dejaron de creer y volvieron a transmitir una buena impresión, sobre todo en la primera media hora. Cuando se logra un punto en el tiempo extra y en inferioridad numérica, no cabe otra valoración que la positiva aunque ya sean cuatro las jornadas consecutivas sin ganar. Eso sí, la victoria no puede ni debe esperar más allá del próximo domingo en casa ante el UCAM Murcia.

 

Las buenas sensaciones que ofreció el equipo en el choque contra el Girona pese a no pasar del empate en casa llevó a Álvaro Cervera a repetir alineación, incluida la presencia de Carlos Calvo. Lo que funciona no se toca, debió pensar el míster.

 

El conjunto amarillo, ayer con el uniforme verde (tercera equipación), comenzó entonado y no tardó en disparar a puerta. Fue José Mari en el minuto 4 en el que lo intentó con un flojo tiro con la izquierda desde la frontal del área que murió en las manos de Dani Hernández. El lanzamiento no fue un hecho aislado. El Cádiz dominó con tanta autoridad que pareció jugar en casa. José Mari y Abdullah se adueñaron del balón, encontraron a Ortuño en tres cuartos y a Carlos Calvo y Álvaro García en las bandas. La presión sobre la salida del balón asfixió a un Tenerife escaso de ideas, que llegó en acciones aisladas, como en el 17, cuando un cañonazo de Lozano se estrelló contra la zaga y el posterior zapatazo de Iñaki lo detuvo Cifuentes.

 

Los gaditanos se sintieron cómodos con el esférico. Les bastaba un par de movimientos para pisar el área contraria y en el 18 a punto estuvo de marcar Ortuño, que estrelló su fuerte remate en el lateral de la red. El gol se le resistía al Cádiz y no porque no lo intentara. En el 22, un nuevo latigazo, esta vez de Carlos Calvo, acabó entre los brazos del cancerbero.

 

Pasado el ecuador del primer acto, las fuerzas se equilibraron. El cuadro chicharrero tocó más la pelota y se animó en ataque. A la media hora, Cifuentes detuvo un cabezazo de Lozano. Pero los visitantes no se amilanaron y persistieron en la búsqueda del gol. Carlos Calvo estrelló contra la barrera un libre directo desde el mismo punto de aquel que sí marcó contra el Hércules. Un zurdazo de Brian se fue a córner tras salir muy cerca de la portería y el posterior testarazo de Rubén Cruz tocó en un poste antes de que el esférico se perdiese por la línea de fondo. 

 

Los anfitriones también tuvieron sus ocasiones.

 

Lozano disparó al lateral de la red y poco después lanzó alto antes de la jugada clave del encuentro. Corría el minuto 42 cuando una dura entrada de Ortuño sobre Iñaki le costó la expulsión al delantero. La falta del murciano fue clara, pero ni mucho menos merecedora de la cartulina roja. Cierto es que el ariete no midió bien y que podía haber ahorrado la entrada. Se lo puso en bandeja a Pizarro Gómez. El director de la contienda, sin la más mínima mano izquierda, desenfundó con rapidez la fatídica tarjeta para cercenar las aspiraciones del conjunto amarillo, como hizo Ais Reig en Miranda de Ebro hace mes y medio. Una vez más, para no perder costumbre, una decisión arbitral más que discutible causaba un grave perjuicio al Cádiz, condenado a afrontar el resto del partido con un futbolista menos y sin su hombre de referencia en ataque.

 

Los gaditanos, que hasta entonces habían ofrecido buenas sensaciones, empezaron a sufrir más de la cuenta. De hecho, Cifuentes evitó el 1-0 justo antes del descanso al desviar un cabezazo de Suso.

 

Pese a la evidente desventaja de contar con un futbolista menos, el Cádiz trató de no arrugarse en la reanudación. Le tocó defender con uñas y dientes ante un Tenerife cada vez más lanzado en ataque que en el minuto 50 reclamó penalti por una mano involuntaria de Sankaré dentro del área.

 

El acoso de los locales fue a más con el paso del tiempo y los visitantes se encomendaron al contra, que tampoco fueron frecuentes. Cervera metió pulmones con la entrada de Nico Hidalgo por Carlos Calvo y Santamaría en lugar de Rubén Cruz. Había que correr más para que se notara la ausencia.

El Cádiz resistía pero cada más atrás para tratar de amarrar el empate en circunstancias adversas. No le quedó otra que achicar balones, apretar los dientes y sufrir porque ni olía la pelota. No conseguía tirar a puerta y la única opción viable era rascar un punto que parecía escaparse en el minuto 78 cuando Jouini, completamente solo en el corazón del área, cabeceó un preciso centro de Cristo González e hizo saltar el cerrojo. 1-0 en el único tachón de la defensa. Con el choque perdido a falta de 12 minutos más la prolongación, llegó la revolución. Cervera  dejó una defensa de tres, metió a Aitor y los gaditanos tiraron de casta para volcarse a la desesperada. El empuje dio sus frutos en el tiempo añadido. En el 92, Brian centró desde la izquierda, Dani Hernández despejó mal y el balón rebotó en Santamaría, que remachó en la línea para asegurar el gol. El vasco eligió el momento más oportuno para estrenar su cuenta goleadora como cadista. Los gaditanos, desmelenados, tuvieron incluso la opción de llevarse los tres puntos con un derechazo de Abdullah que rebotó en una defensa con el portería fuera del arco.

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