Cádiz CF

Sergio González vuelve al Camp Nou: el morbo está servido

Xavi y Sergio vivirán ahora en la banda los duelos que tuvieron en el verde como jugadores.

Xavi y Sergio vivirán ahora en la banda los duelos que tuvieron en el verde como jugadores.

Sergio González regresa a su Barcelona natal para pisar un campo donde le acompaña el morbo por su intenso pasado periquito como jugador del Espanyol y eso, de alguna manera, hace que cualquier cruce en el césped con el FC Barcelona sea un partido especial. Todo el amor-odio se eleva después de que la campaña pasada silenciara el Camp Nou con el triunfo del Cádiz CF (0-1), el primero en más de un siglo de historia.

El ahora entrenador del Cádiz CF formó parte de una generación de futbolistas del Espanyol que amargó más de una tarde al rival directo en la Ciudad Condal. El retorno este próximo domingo de Sergio al Camp Nou hará sobrevolar esos recuerdos, elevados a su máxima potencia cuando el año pasado Lucas Pérez marcó el 0-1 que dio el primer triunfo amarillo en el Camp Nou. Otra vez el perico, ahora como entrenador, dejaba tocado al Barça.

Sergio González lleva el tema con naturalidad, no mete el dedo en la herida cuando se le recuerda que forma parte histórica de esa generación que azotó en más de una ocasión al barcelonismo. Junto a otro perico de pro, Raúl Tamudo, al gaditano y ex cadista Moisés Arteaga y a tantos otros, el técnico cadista fue tan admirado como odiado a un lado y otro de la Ciudad Condal.

Y es que la historia lo recuerda simplemente con acudir a los datos. Temporada 1997-98, Espanyol-Barça. Luis Figo adelantó a los azulgranas en el primer tiempo pero un novato Sergio González, que aquella alternaba el filial con el primer equipo del Espanyol, igualó en la segunda parte impidiendo que los tres puntos volaran entonces del Estadio Olímpico de Montjuïc, que era el campo para jugar como local tras la venta de Sarriá. El aficionado culé empezaba a moverse en esa horquilla del malestar cuando un tal Sergio o un tal Tamudo montaban el taco con los azulgranas enfrente.

Precisamente el conocido como 'el Tamudazo' marcó un antes y un después en ese amor-odio. Acababa la Liga 2006-07 y el Espanyol se presentaba en el Camp Nou para medirse a un Barcelona que echaba números para proclamarse campeón de Liga. Los azulgranas vencían 2-1 y gozaban de ocasiones hasta que Tamudo resolvió un mano a mano que celebró besándose el escudo. Era el 2-2 y la sentencia para que la Liga dependiera del Real Madrid, que acabó por alzar el título. Sergio no estaba entonces en aquel plantel espanyolista -ya jugaba en el Deportivo-, aunque lo vivió como si estuviera en el césped y el sentimiento le llevaba a celebrarlo como un blanquiazul más.

La victoria del Cádiz CF el año pasado con Sergio en el banquillo fue un nuevo 'hachazo' de un perico a los culés. Un perico que ahora 'viste' de amarillo pero que no puede olvidar su pasado y lo que supone vencer al Barça. Seguro que Sergio resta importancia al hecho de haber sometido a su eterno rival porque prevalece el paso inesperado que dio la campaña pasada el Cádiz CF en un campo casi inconquistable, aunque en su interior surge la risa de niño malo que ya exteriorizaba sobre la hierba en la etapa de jugador junto a Tamudo.

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