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Primer aviso desde la grada

  • Descontenta La afición despide al equipo con una gran pitada debido al horroroso partido de los amarillos

En el fútbol, como en cualquier otra actividad, manda los estados de ánimo. En Cádiz, pasa por tres fases: la alegría, el pesimismo y el cachondeo. Este último es utilizado de dos maneras: como mofa contra el rival o como manera de sacar a pasear la vergüenzas de uno mismo.

Ayer, en Carranza paso lo segundo. La unión entre equipo y afición, algo vital para llevar al Cádiz a cumplir sus objetivos, desapareció y, por momentos, los imprecisos pases amarillos se jaleaban con olés desde la grada.

Poco ha tardado en aparecer la guasa gaditana por Carranza esta temporada. Esa que todavía no conoce toda la comitiva italiana. Primera lección que aprenderán de la ciudad si el equipo no mejora.

Algo que pudo ver en sus propios ojos el máximo accionista del club, Gabriele de Bono, que presidió en el día de ayer el palco. Las sensaciones que se llevó ayer no fueron nada buenas, a pesar de la animosidad que rodeaba una zona vip repleta de público.

Lo cierto es que ayer se pudieron ver las primeras muestras de nerviosismo en la afición. Una mala imagen que hizo mella en la parte más irreductible de la hinchada. Se notó en las mismas Brigadas Amarillas, muy animosas desde el primer minuto, pero que decayeron en el desánimo general.

Junto a este espantoso cuadro, también destacó el lamentable estado que presentó ayer el césped del Carranza, propio de la categoría en la que juega el Cádiz, pero que no está en consonancia con la entidad que debe tener el club. Es entendible el malestar existente en la dirección deportiva porque no es de recibo que el equipo tenga un material de trabajo en deplorables condiciones.

A esto se puede sumar el apagón de los videomarcadores, perdidos en combate durante toda la temporada, y que las palomas ya están haciendo los primeros estragos en la grada de Tribuna.

En lo positivo, las buenas intenciones de la plantilla al mandar un mensaje de ánimo a su compañero Francis con una camiseta antes del partido. Esperemos que la siguiente para levantar la moral no sea la de "ánimo afición".

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