Mantecón, madera de líder

Luis Sánchez Grimaldi, con casi todas las papeletas en su poder para continuar formando parte del consejo de administración del Cádiz una vez que el próximo lunes Locos por el Balón asuma el poder de una manera oficial tras la tan esperada junta de accionistas, vivió ayer uno de sus últimos actos como presidente de la entidad, cargo que ostenta de forma provisional desde que Florentino Manzano presentó la dimisión después de meses cargados de polémica a causa de la batalla emprendida por la mayoría accionarial de la sociedad deportiva gaditana y que el lunes pasará a manos de Juan José Pina o del propio Manuel Vizcaíno, incógnita aún sin despejar del todo. Eso sí, todavía le quedará por representar al club en el amistoso de hoy y ejercer sus funciones en la referida junta de accionistas.

A Sánchez Grimaldi se le notaba consciente de que estaba presentando en la sala de prensa del Ramón de Carranza a un futbolista especial, llamado a ser uno de los pilares de la plantilla tanto por su archidemostrada valía como por currículo. Con sus propias palabras dejó claro que Sergio Mantecón no es un refuerzo más: "Este jugador va a subir el nivel de la plantilla y hay que agradecerle que decidiera recalar en el Cádiz".

Mantecón, que acudió con su esposa y su hijo Óscar -este vestía una camiseta del Cádiz que le acababan de comprar-, abrió fuego comentando que "se me planteaba un reto muy interesante porque este es un club que los jugadores siempre llevamos en la mente. Se juntaba todo y resultaba muy atractivo venir aquí, aportando mi granito de arena para que esta ciudad y este equipo vuelvan a la categoría que se merecen".

Se encuentra tan entusiasmado con la decisión tomada que opina que no ha dado paso atrás alguno, ni uno ni dos: "Disfruté mucho la pasada campaña en Primera con el Elche, aunque apenas participé. En realidad mi carrera se ha centrado sobre todo en la categoría de plata, incluida la campaña anterior del ascenso. Tenía ofertas de Segunda A, pero no me motivaban ni la mitad que el Cádiz. Por eso considero que afrontar este reto no es un paso atrás. Por mis circunstancias personales y profesionales necesitaba un aliciente fuerte y aquí lo hay".

Promete dejarse la piel por los campos de Segunda B sudando la gota gorda con la camiseta amarilla: "Intentaré explotar mis cualidades porque sé que se me va a exigir un nivel alto de rendimiento. Que la afición tenga claro que no vengo a Cádiz a pasearme por la playa. Quien crea eso, se equivoca".

Todo apunta a que posee muchas papeletas para convertirse en el líder de esta plantilla de lujo: "El liderazgo se gana con el tiempo, con trabajo y en el vestuario, no es algo que se otorgue a priori. Quizá yo sea el más experimentado, pero ahora queda que la gente se vaya conociendo porque para conseguir objetivos grandes, como el que nos planteamos, hace falta contar con un grupo unido".

Confiesa que tiene su posición preferida en el rectángulo de juego: "Casi siempre he actuado como pivote defensivo, aunque es cierto que a veces lo he hecho por delante de la defensa o en banda. Reconozco que lo que más me gusta es formar parte de un doble pivote".

De creerse un figura, nanay de la china: "Estará equivocado quien crea que por venir de Primera División voy a coger el balón y regatear a todos como hace Messi. Soy un trabajador del fútbol que desempeña su labor con humildad. El trabajo es la clave de los éxitos y eso es lo que puedo prometer, que trabajaré para que el equipo ascienda".