Enrique Márquez Climent, Kike Márquez, afrontará el domingo una cita especial que le llega en su mejor momento personal en la presente temporada. Lo de especial, por su regreso a Almería, en cuyo filial militó dos temporadas, desembocando la segunda de ellas en el ascenso a Segunda B. Ahora vuelve a la que fue su casa, aunque lo hace de amarillo y tocado por una varita que parece haberle dado una estabilidad que recibe el equipo en forma de buen juego.

La mejoría del Cádiz es el éxito de todo un bloque que se ha entonado por igual. Jugadores a los que les faltaba ese punto de mordiente y acierto van encontrando el camino. Kike Márquez es uno de ellos. Y como los hechos se demuestran andando, quizá eso mismo es lo que ha dejado de hacer el sanluqueño para ser un futbolista menos intermitente. Su implicación está siendo total, ofreciendo argumentos que han apagado su papel de 'estrellita' que se involucraba poco. Ahora corre con sentido común, pelea y es un puñal por cualquiera de las dos bandas cuando es capaz de llegar hasta la línea de fondo y centrar bien. Sus compañeros, gratamente sorprendidos, agradecen que Kike Márquez haya 'llegado' para quedarse.

Los números empiezan a estar de su lado, pues sirva como dato que, ante el Sevilla Atlético y el San Roque de Lepe, ha sido la primera vez que ha acumulado 180 minutos consecutivos en la presente temporada. Todo ello valorando su alta aportación en ambos encuentros. Ha participado en ocho (cuatro como titular) de los once partidos de Liga que lleva el Cádiz y acumula 397 minutos.

Su revolución alcanza tal parámetro que está siendo capaz de dejar en el banquillo a un jugador de la talla de Migue García, uno de los refuerzos fuertes del verano -cedido por el Granada- que, además, salvó al cuerpo técnico con su gol al Cacereño. No debe ser fácil para un entrenador dejar en el banquillo a un jugador con las condiciones de Migue, pero al mismo tiempo refleja lo mucho y bien que lo empieza a hacer Márquez.

El extremo sanluqueño se verá el domingo las caras con el Almería B, donde jugó las campañas 2008-09 y 2009-10, y se fue con un ascenso a Segunda B bajo el brazo. Durante aquellas dos temporadas anotó 13 goles y dejó más luces que sombras.