Fútbol | Segunda División B

Derrota justa y merecida del Cádiz B (3-0)

  • El filial amarillo naufraga en Villarrubia de los Ojos en el estreno de año.

Javi Pérez desplaza el balón en presencia de Fran Minaya.

Javi Pérez desplaza el balón en presencia de Fran Minaya. / CÁDIZ CF

Derrota muy dura del Cádiz B en Villarrubia de los Ojos (3-0), donde ha sido claramente superado por otro recién ascendido que ha sido el primer equipo que esta temporada le gana de forma tan clara y le marca más de dos goles. Los amarillos apenas dieron muestras de su potencial y estuvieron a merced de un rival que, además, aprovechó la superioridad numérica por la expulsión de Víctor Morillo. La escuadra de Juanma Pavón sólo ha ganado uno de sus siete últimos partidos.

Lástima que las buenas perspectivas del filial en el juego ofensivo se vieran truncadas por los errores en materia defensiva, otra vez con el balón parado como gran déficit. Cada vez que el equipo local recurría a este argumento el sufrimiento era mayúsculo en los amarillos.

Fran Minaya, por el Villarrubia, y José Alonso, por el Cádiz B, fueron los primeros en golpear antes del 1-0. Una acción que nació en una falta ejecutada por Grillo que Andriu cabeceó con escasa oposición y sacando a relucir los problemas que los cadistas arrastran desde las primeras semanas de Liga. Juan Flere no salió confiando en la aparición de la cabeza de un compañero, pero la realidad es que Andriu fue el más listo de la clase.

Con el marcador en contra a la primera de cambio, Duarte trató de tirar de orgullo para manejar un ataque que resolvió con un chut desviado tras un buen control. Pero de poco servían las ganas del malagueño si la zaga seguía desconectada, como demostró Alonso con una pérdida de balón que Minaya aprovechó para dar un pase de la muerte que abortó Víctor Morillo, hoy otra vez como lateral izquierdo.

Llegó a ser desesperante la cadena de errores en la estrategia defensiva de los visitantes, que en el 16’ permitieron a Andriu otro remate cómodo que esta vez no alcanzó su objetivo pero puso de relieve que el trabajo defensivo era inadecuado. Javi Pérez y Alonso pusieron algo de emoción con intentonas leves en el tramo final del primer periodo, si bien no tuvieron la intensidad necesaria para provocar las tablas.

Tras el paso por vestuarios, el choque se puso aún más cuesta arriba para los cadistas porque Víctor Morillo fue expulsado, lo que era un problema en una demarcación, lateral izquierdo, con carencias por las lesiones. Pavón tardó lo justo que necesitó Momo Mbaye para calentar, pues el africano accedió al campo para ubicarse en el ala izquierda. También entró Lino en lugar de un apagado Jordi Tur.

Era la apuesta, entre la obligación y el convencimiento, para dar la vuelta a un encuentro al que el filial llegó con muchos errores y pocos aciertos. El reloj avanzaba y al equipo gaditano le costaba ver cerca la cara de Samu Diarra, que por momentos era un espectador más. Con nervios en defensa y poca mordiente en ataque, el Villarrubia pudo matar el duelo en un jugadón de Arribas que remató al larguero, y en una doble llegada de Copete, que salvó Flere, y Piojo, quien sin oposición mandó el balón a las nubes casi en boca de gol.

Hubo que esperar al 66’ para ver la primera combinación entre Lino y Sergio Pérez que este último mandó alto cuando lo tuvo todo de cara para 'fusilar' a Samu. Quizás hasta ese instante la mejor ocasión del filial. Crear peligro costaba un mundo a un Cádiz B desconocido en algunas facetas que no tiene la frescura de buena parte de la primera vuelta. Pavón se desgañitaba mientras miraba a sus reservas en busca de una última solución de una convocatoria reducida debido a que Nieto amaneció hoy enfermo. La opción final fue Idrissa, el 'mago' de Mauritania.

Sin embargo, una falta al borde del área fue la sentencia al marcar de tiro raso Fran Minaya ante un Juan Flere que hizo la estatua. El 2-0 y con diez efectivos por la expulsión de Víctor Morillo era una cuesta demasiado empinada para un filial que peleó por maquillar el resultado porque las sensaciones no mejoraron ni con la entrada de los reservas. Precisamente el error de uno de ellos, Momo Mbaye, permitió la internada de Arribas cuyo centro remató en boca de gol Pablo Jiménez para situar el 3-0 y cerrar un buen partido de un Villarrubia que, debido a las numerosas bajas, hizo debutar al cadete Peinado (15 años).

El Cádiz B hoy se ganó con creces el carbón como regalo del Día de Reyes y una profunda reflexión para recuperar sensaciones y frenar la sangría de cartulinas que esta semana dejará otra ración de sanciones que merman el potencial del equipo, que pese a todo es octavo y está siete puntos por encima de la zona de descenso. La próxima jornada será el miércoles 15 de enero, cuando el equipo visite al Real Murcia (21:00 horas).

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