Al Cádiz le toca mañana remontada en una eliminatoria correspondiente a la competición liguera, situación equiparable a la que se le presentó en otras siete ocasiones en el transcurso de su historia, en todas las cuales también perdió el encuentro de ida tal como le ocurrió el domingo pasado en Alicante al conjunto entrenado por Claudio Barragán. De esos siete antecedentes, tres se saldaron con el conjunto gaditano dándole la vuelta al marcador global del enfrentamiento mientras en los cuatro restantes no fue capaz de conseguirlo.

La primera vez que se remontó un principio adverso se halla muy lejana en el tiempo, en concreto allá por la temporada 1944/45. Con el Cádiz condenado a quedarse en Primera Regional, días antes del inicio de la siguiente campaña se montó una repesca destinada a cubrir una vacante. El Atlético Tetuán se impuso en la ida por 3-0, diferencia igualada en la vuelta por el Cádiz con un 4-1. Esto provocó la disputa de un partido de desempate en Sevilla que acabó con los gaditanos recuperando un sitio en categoría nacional gracias a un 3-2.

Hubo que aguardar dos décadas hasta que volvió a pasar algo similar, cuando el conjunto amarillo se vio obligado a disputar una promoción de permanencia en Segunda División, teniendo al Éibar como adversario, en el curso 1964/65. La derrota por 2-0 en tierras vascas se contrarrestó una semana más tarde con un 2-0 favorable en el Ramón de Carranza. De nuevo tocaba encuentro de desempate, entonces en Madrid. Un claro 4-1 sirvió para seguir en la categoría de plata.

El precedente positivo más reciente se produjo a finales del ejercicio 1990/91. El Cádiz necesitó jugar una promoción de permanencia para prolongar su estancia en Primera División. En la misma superó con muchísimos apuros al ya desaparecido CD Málaga. Este se impuso en su campo por 1-0, pero en la devolución de la visita los pupilos de Ramón Blanco vencieron por un idéntico 1-0 que terminó otorgando el poder de decisión a una tanda de penaltis menos apta para cardíacos que nunca que, de paso, propició que Szendrei pasar a convertirse en uno de los grandes mitos del cadismo.

No funcionó el espíritu de la remontada en las otras cuatro oportunidades. Esto le pasó al entonces denominado Hércules de Cádiz en la promoción de permanencia en Tercera de la temporada 1943/44 contra el Melilla; en la 1944/45, el Cádiz no levantó el marcador adverso de la ida frente al Calavera en la fase de ascenso de Primera Regional a Tercera; y las otras dos andan muy frescas pues acacieron en la fase de ascenso de Segunda B a Segunda A de la 2011/12. Los verdugos fueron, en sendas eliminatorias, Real Madrid Castilla y Lugo, este último en la tanda de penaltis.