El partido entre el Cádiz CF y el Barcelona dio igual desde el minuto 82. Ese instante cambió todo. Daba igual el resultado. Agentes de la Policía Nacional se acercaron a una zona de la grada de Fondo Sur. Fueron recibidos con pitidos de no pocos seguidores que pensaron algo que no era.

Los agentes acudieron al auxilio de un aficionado de unos 65 años de edad que se sintió indispuesto. Fueron los primeros en llegar para enseguida dar aviso al personal sanitario que empieza a atender al aficionado.

Fue entonces cuando el encuentro se detuvo. La cosa no parecía pintar nada bien. El Nuevo Mirandilla era un murmullo general de los más de 19.500 espectadores que se preguntaban que estaba pasando.

Mientras el aficionado estaba siendo atendido, a sólo unos metros un determinado grupo de hincha comenzó a proferir gritos de "¡Vizcaíno dimisión!" acallados con rapidez por los silbidos de la mayoría de los seguidores que entendieron que no era el momento para reclamar nada.

El personal sanitario se afanó en reanimar al aficionado que había sufrido un paro cardíaco. Desde la lejanía se podía observar las maniobras de masaje en el corazón. Una y otra vez. Pero el tiempo pasaba y el paciente no terminaba de responder. Su vida corría serio peligro.

Jeremías Conan Ledesma recogió un desfibrilador que llevó con rapidez al Fondo Sur. El árbitro Carlos del Cerro Grande invitó a los jugadores de los dos equipos a ir a los vestuarios una vez que el partido había entrado en pausa.

En ese momento el fútbol no importaba nada. Lo que importaba era la vida de un ser humano y eso estaba por encima de todo lo demás. Algunos jugadores del Cádiz CF se quedaron en el césped preocupados por lo que estaba pasando. Querían estar al tanto y ayudar en lo que estuviese en sus manos.

De hecho, José Mari y un miembro del cuerpo técnico corrieron a toda velocidad para llevar una camilla al Fondo Sur una vez que el aficionado había recobrado el pulso después de un encomiable trabajo del personal sanitario. Agentes de la Policía habían despejado la zona.

Se vivieron momentos de verdadera incertidumbre porque pasó mucho tiempo hasta que la persona afectada tardó en responder. Se llegó a temer por la vida del aficionado. En un momento determinado, un cardiólogo que estaba viendo el partido en el palco de autoridades acudió a la zona para ayudar.

Jorge Mágico González sufrió desde el palco. Comentaba a los presentes que no recordaba haber vivido nada parecido. El presidente, Manuel Vizcaíno, bajó hasta el terreno de juego para interesarse por el estado del aficionado.

Cuando la vida se abrió paso y el seguidor fue trasladado al Hospital, de nuevo apareció el balón para terminar el partido. Eso sí, con el susto en el cuerpo, pero ya sí tenía sentido el fútbol, que se detuvo mientras el corazón del aficionado estuvo parado. Fueron 45 minutos de demora.

El Cádiz CF, a través de un comunicado quiso "agradecer el comportamiento ejemplar de los aficionados de fondo sur ante esta situación, al igual que a los miembros de seguridad y Cruz Roja por su rápida actuación para que esta incidencia tuviera final feliz".