Cádiz CF

Al Cádiz CF le puede aguardar un exigente protocolo tras la pandemia

  • El equipo podría tener que hacer frente a un aislamiento total para acabar la Liga a puerta cerrada.

  • El fútbol hará lo posible para evitar un positivo en un equipo, pues sería el adiós a la temporada.

Cervera está pendiente a la espera de que se encienda la luz verde en el fútbol.

Cervera está pendiente a la espera de que se encienda la luz verde en el fútbol. / FITO CARRETO

Todas las partes implicadas en el mundo del fútbol, desde aquellos estamentos llamados a tomar decisiones, empiezan a mostrar un horizonte para reanudar la competición. Eso sí, bajo unas condiciones que formarían parte de un protocolo exigente que es al que se agarran los rectores del deporte rey. Por lo tanto, el Cádiz y el resto de conjuntos españoles de las principales categorías tendrían por delante un calendario brutal y muy condicionado.

La hoja de ruta que podría tener por delante el Cádiz, una vez que la pandemia dé paso a un primer acercamiento a la normalidad, sería la de volver a los entrenamientos para afrontar una pretemporada de entre 15 y 21 días, que es el tiempo para el que empieza a existir un consenso para llevar a los futbolistas a ese escenario excepcional en las mejores condiciones físicas posibles. No se descarta que esas sesiones preparatorias se efectuaran por grupos para no tener a la vez en el campo al grueso del plantel. Esos entrenos podrían comenzar a finales de mayo o principios de junio, a pesar de que equipos como el Almería apuntan a volver al trabajo la semana próxima.

Esos días de trabajo para recuperar el tono perdido como consecuencia del confinamiento llevarían al Cádiz a estar apto para la competición el último fin de semana de junio (del 26 al 28) o el primero de julio (del 3 al 5). A partir de ese momento los equipos podrían verse obligados a estar permanentemente concentrados; es decir, del campo de fútbol para jugar y entrenar a un hotel de concentración, con idea de evitar el contacto de los profesionales con el exterior. Pero con esta medida los problemas son importantes, tales como el montante económico de tener a una plantilla y su cuerpo técnico alojados en un hotel; o viajar en avión o en tren con la exposición de estar junto a otras personas del exterior, lo que situaría en un lugar absurdo ese aislamiento del equipo.

Evidentemente las mentes pensantes del fútbol en España y en Europa analizan estas opciones desde un miedo generalizado: si cuando regrese la Liga se produce un positivo en un futbolista, se acabó lo que se daba porque, entonces sí, sería el adiós a la temporada con todas las consecuencias deportivas y económicas que ello conllevaría.

Otra cuestión, siempre que no apareciera ese positivo, afecta a la celebración de los encuentros. Prácticamente en todos los casos en lo que respecta a la Liga en Primera y en Segunda A se contempla que se disputarían a puerta cerrada, por lo que el público sería uno de los grandes derrotados de forma indirecta por el Covid-19. Todo ello dentro de un calendario que se apretaría como nunca hasta el extremo de que, salvo los lunes, se montarían jornadas de Liga de martes a jueves y de viernes a domingo con el objetivo de poder acabar a finales de agosto, siempre que la competición se reanude a finales de junio o principios de julio.

A pesar de la situación excepcional, LaLiga y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) no contemplan cambiar el formato en Segunda A, lo que quiere decir que una vez alcanzada la jornada 42ª comenzaría el play-off de ascenso a Primera entre el tercero, cuarto, quinto y sexto clasificado.

Un calendario tan cargado se llevaría a cabo porque la Liga de Campeones y la Liga Europa no se reanudarían hasta septiembre. Y ahí sí apunta todo a un cambio de formato para reducir ambas competiciones.

El Cádiz, como el resto de conjuntos, sabe que desde LaLiga, con el beneplácito de la UEFA, se ampliaría la ventana para que aquellos futbolistas que quedan desvinculados el 30 de junio pudieran seguir jugando con sus correspondientes equipos.

Este es el escenario que cada vez toma más forma para el fútbol español, con llevaría de la mano frecuentes controles de fiebre y de test para los jugadores y técnicos, a fin de tener lo más controlado posible su estado de salud.

Este estudio ya bastante avanzado irá a buen seguro sufriendo variaciones dependiendo de lo que vaya sucediendo con la actual alerta sanitaria.

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