En los últimos cinco años se ha incrementado de forma más que notable el derribo de chalés en la ciudad de Cádiz para la construcción de nuevos bloques de viviendas de renta libre.

Las antiguas construcciones unifamiliares, una imagen habitual del Cádiz de extramuros hasta el bum inmobiliario iniciado en la década de los sesenta del pasado siglo, son hoy casi la única oportunidad que tienen los promotores privados para levantar bloques de pisos en Puertas de Tierra. Los grandes solares que aún están sin uso (San Severiano, Loreto, Chalé de San Luis, Matadero) son de propiedad pública.

Así, allí donde hay un chalé, y si éste es de buena superficie, hay una oportunidad para construir.

Esta fiebre inversora se ha concentrado fundamentalmente en La Laguna, San Severiano y el entorno de San José, y en menor medida en Bahía Blanca, donde ya habían caído numerosos chalés en décadas pasadas.

Ahora otra de estas antiguas construcción va a ser demolida para levantar en su solar un edificio de viviendas. Y va a ser en una zona donde hacía ya años que no se actuaba: el Paseo Marítimo.

Entre el cementerio y Cortadura, la gran expansión inmobiliaria del Paseo Marítimo se concentró fundamentalmente en los años setenta del siglo XX, con inmensos bloques de gran altura que crearon una barrera de hormigón entre la playa y el resto de extramuros. La última operación inmobiliaria fue la transformación del complejo de Tiempo Libre en un potente hotel de cuatro estrellas. 

Ahora, la junta de gobierno local ha dado licencia a un proyecto presentado por la empresa madrileña Desarrollos Inmobiliarios Privanza, que ha adquirido uno de los dos chalés que aún se mantienen en pie en el Paseo Marítimo número 17. Esta promotora está trabajando actualmente en la reforma del edificio de la bombilla en el número 15 de la calle Barrié, junto a ISI, adaptándola para media docena de pisos de renta libre. 

El coste de compra del chalé del Paseo Marítimo no ha trascendido, pero en 2022 el mismo se había puesto a la venta por un valor de 1.790.000 euros.

El solar no es muy grande, de algo más de 200 metros cuadrados, pero va a permitir la construcción de 10 vivienda, según el diseño realizado por los estudios La Consultora Arquitectos y Arquitectura de Guardia.

El edificio contará con cuatro alturas más bajo, con dos viviendas por planta siendo las últimas dúplex. En la planta baja se habilitarán dos apartamentos que van a contar con una terraza exterior con vistas a la playa. Las viviendas, cuyos precios aún no han salido al mercado, serán de dos habitaciones. Los tamaños rondarán entre los 55 y los 85 metros cuadrados de superficie.

El nuevo bloque se retranqueará respecto a la línea actual del chalé, por lo que se ampliará el acerado público en esa zona del Paseo.

Una vez concedida la licencia de obra, la intención de la empresa es agilizar al máximo la ejecución del proyecto. Ya se contaba con la licencia para el derribo del edificio pero la promotora ha preferido esperar a tener la de obras antes de tener un solar vacío más tiempo del necesario. Así, no se descarta incluso que antes de que finalice este mes comience la demolición del chalé.

De esta forma, solo quedará en pie, y en pleno uso, el chalé Poseidón, vecino del que ahora se va a derribar. Será la última construcción de este tipo en el Paseo Marítimo de Cádiz y, cuando sus propietarios así lo consideren, el último espacio libre donde construir un nuevo bloque para viviendas.