El profesor titular de Composición de la Escuela de Arquitectura de Zaragoza Ricardo Sánchez Lampreave fijó su mirada en el edificio de la antigua Escuela Oficial de Náutica mucho antes de que la Junta anunciara su derribo en 2008. Su demolición es para él lo más parecido "a un pecado mortal de los que se condenan con el infierno". Así de contundente se muestraba ayer el arquitecto, que ofreció una conferencia en el Colegio de Arquitectos de Cádiz con motivo de las jornadas del Día Internacional de la Arquitectura.

La Escuela de Náutica: razones por su permanencia es el título de la ponencia en la que Lampreave expuso los motivos principales por los que, a su juicio, no debería desaparecer este edificio que fue inaugurado en 1968 y que se aqueja de problemas estructurales. En primer lugar Ricardo Sánchez Lampreave, que previamente a su ponencia atendió a este medio, defendió los valores arquitectónicos de este edificio considerado como todo un referente del movimiento moderno en la ciudad y Andalucía, "aunque esto sea más difícil de apreciar para la gente".

Después continuó con el entorno "estupendo" en que se sitúa la vieja Escuela de Náutica, frente a La Caleta, con dos fuertes que la flanquean, y el antiguo Hospital de Mora, "configurando un entramado de edificios de gran valor".

Para el experto la condición de ciudad marítima de Cádiz promueve la convivencia entre la ciudad, su arquitectura y los barcos, "pues son imágenes muy recurrentes y habituales. Y Cádiz está acostumbrada a esta convivencia. De hecho, hay un vínculo directo entre el edificio de Náutica y la Caleta". En este sentido, incidió en los elementos propios de una obra que remite directamente a los barcos, con una proa acusada, el puente de mando en la cubierta, el mástil... "incluso sin comprender muy bien los valores arquitectónicos que puede tener el edificio se percibe este vínculo directo entre su posición con La Caleta y el Atlántico y los elementos que lo configuran. Y esta relación evidente le confiere un gran valor", comentó.

Otro de los puntos que defendió durante su intervención fue la propia historia de una ciudad "única, dada la acumulación de estratos históricos que tiene. Construimos nuestra ciudad sobre la anterior, y para un arquitecto estas cuestiones existen". De esta forma asevera que "el problema es que se trata de una obra del siglo XX. Todo el mundo entiende que las del siglo XIX y anteriores, llenos de angelotes y ornamentación tienen calidad. Pero como la arquitectura del XX está desprovista de ornato es difícil de apreciar".

Ricardo Sánchez Lampreave editó hace unos años una monografía a raíz de los trabajos que junto a sus alumnos de la Universidad de Madrid realizó en Cádiz sobre la vieja escuela. "Días en los que nos paseamos por la ciudad con camisetas en su defensa", añade, a modo de anécdota. En esta obra incluía planos y dibujos originales, algunos de los cuáles proyectó en la conferencia.

Comentó también que aunque está en mal estado, la ciudad "invertiría menos en recuperarlo que en derribar y construir uno nuevo", oponiéndose definitivamente al fin de una obra "realmente conocida, no sólo en Cádiz. Es todo un referente".