Cádiz

El uso más sorprendente del Pirulí de Telefónica en Cádiz

El momento de la petición de mano en el punto más alto de la ciudad.

El momento de la petición de mano en el punto más alto de la ciudad. / Cedida

El pirulí, la torre de Telefónica que desde hace tres décadas forma parte del horizonte de Cádiz, se convertirá a medio plazo en un hotel que el grupo de la ONCE va a construir en el edificio. Un edificio que primero fue sede de la compañía de telecomunicaciones y que después y de manera provisional, funcionó como comisaría de la Policía Nacional.

Las obras aún no se han iniciado, pero quienes conocen las intenciones de Ilunion, la compañía de la ONCE que desarrolla sus proyectos turísticos, ya adelantan que va a tener un diseño de muy alto nivel, y no solo por los cien metros del Pirulí.

Queda por definir, en todo caso, el uso y disfrute del mirador de esta torre. Quienes hayan podido acceder al mismo han podido descubrir que la vista de la ciudad, de la Bahía, de media provincia y del inicio del océano, que se nos ofrece es única. Un punto extra para el futuro hotel. Su uso, en todo caso, quedará definido por la accesibilidad a la estructura acristalada, hoy a través de un pequeño ascensor.

Durante años, una de las protagonistas de esta historia, Elena Fernández, siempre había soñado con subir a lo más alto del Pirulí. Nunca lo consiguió, y eso que era vecina de la calle Santa María del Mar, la vía donde se levanta el antiguo complejo de la Telefónica.

Su novio de casi de toda la vida, Israel Gómez, estaba al quite de los deseos de su novia. Visto el final de este relato, no se le escapaba una. Y así, terminado su proceso de formación como Médico de Familia (intenso trabajo que le ocupaba casi todo día, casi toda la semana), se metió de lleno en una sorpresa para su novia que ni él podía imaginar que iba a cerrarse con éxito.

El objetivo era complicado de lograr, y más al no depender de él. Pretendía pedir a Elena que se casase con él desde lo más alto del Pirulí. Dos en uno: visitar la torre y dar un paso esencial en una relación iniciada seis años antes.

"En mayo (hablamos de 2022) me puse en marcha. Primero me pasé por el propio Pirulí, pero allí no había nadie (el edificio ya había dejado de funcionar para Telefónica). Así que contacté con un departamento de Madrid donde me atendieron muy bien. Me dijeron que era una idea muy bonita y que intentarían ayudarme". La ruta acabó en la dirección general de Sevilla desde donde se le dio el visto bueno: subir a la torre y pedir allí en matrimonio a su novia. Un uso inédito en treinta años de historia del Pirulí.

La colaboración de Telefónica

Con el inesperado visto bueno de Telefónica, Israel activó la segunda fase de su plan: organizar la decoración, tras una visita prevista a lo alto de la torre, y el propio contenido de la declaración.Aquí asume que "para preparar una escena romántica prefería más una canción que un discurso. Y a una música carnavalesca le puse mi propia letra. Prefería trasladar mis sentimientos cantando".

Una mesa con unas copas y cava para brindar, grandes globos, una alfombra roja, e incluso un dron para grabar tan trascendental acto en la pareja. Algunos globos se los llevó el viento que picaba esa jornada, y más a cien metros de altura, como tampoco fue posible poner la alfombra y el proyecto del dron se cayó una hora antes por el problema climático.

Con todo, la sorpresa era única. Ahora había que llevar a Elena al Pirulí, sin que sospechara nada.

La pareja, junto a su hijo, en la sede de Diario de Cádiz. La pareja, junto a su hijo, en la sede de Diario de Cádiz.

La pareja, junto a su hijo, en la sede de Diario de Cádiz. / Jesús Marín

La gran sorpresa

Yo no me lo esperaba – cuenta ahora Elena -. Cuando entramos en el edificio sí me extrañó la mirada del portero, pero pensé que íbamos a subir a la torre como forma de celebrar nuestro aniversario. Ni imaginar que iba a ser la pedida de mano”. Hasta que llegaron a lo más alto, y todo se desbordó. Y, claro, dijo que sí.

Pasado el tiempo, a Elena Fernández, con la carrera de Criminología, no le extraña lo conseguido por su novio. "Lo que él se propone lo consigue, aunque a este nivel no". Y eso que ella siempre esperaba algo más íntimo.

Hermanos y amigos asumen ahora, con resignación, que Israel les ha puesto el listón muy alto. "Mis amigas ya les han dicho a sus novios que tienen que currárselo". Y no vale repetir en el Pirulí.

Israel y Elena visitan la redacción de Diario de Cádiz con un pequeño a cuesta. Se llama Bruno y va a cumplir su primer año. Su llegada, los dos tenían ganas de tener ya descendencia, les ha retrasado la boda. Elena advierte que aún está en plazo la petición de mano realizada en el Pirulí, pero si la celebración se retrasa más, Israel va a tener que repetirla. A ser posible antes de la que la ONCE comience las obras de transformación del emblemático edificio de Telefónica en un gran hotel.

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