Cádiz

Los universitarios cobran sólo 800 euros en su primer empleo

  • Un estudio de la UCA concluye que el 85% de los titulados encuentra trabajo en los tres primeros años tras la carrera, pero sólo la mitad tiene un contrato fijo · Técnicas y Humanidades, cara y cruz de los sueldos

Pocas ofertas y la mayoría de escasa cualificación. Baja densidad empresarial y más empleos de camarero que de ingeniero o abogado. Y, por supuesto, los niveles de paro más altos de España. Ésta es la imagen laboral que la mayoría de gaditanos tiene de la provincia, una tierra de pocas oportunidades que ahuyenta a los jóvenes mejor formados. Pues resulta que este panorama parece que empieza a desdibujarse tras los últimos años de crecimiento económico, que han dado paso a un escenario más halagüeño en el que los universitarios ya no tienen que hacer las maletas para poder tener un trabajo de calidad.

Ésta es la conclusión que se extrae de un estudio realizado por la Unidad de Evaluación y Calidad de la UCA, perteneciente al Vicerrectorado de Planificación y Calidad que dirige José María Rodríguez, a partir de una encuesta realizada a titulados del curso 2002-2003. Según el sondeo efectuado a 1.738 universitarios de los 2.444 pertenecientes a esa promoción, más de la mitad encontró un "trabajo significativo" y perteneciente a su área de conocimiento durante el primer trimestre tras la finalización de los estudios superiores.

La inserción es bastante rápida, mucho más entre los hombres que entre las mujeres, pero las condiciones no son todo lo que cabría esperar después de superar una formación superior de tres o cinco años. Y es que el sueldo medio que les ofrece el mercado es de 800 euros mensuales, un dinero incompatible con la tan cacareada emancipación juvenil.

Esta baja remuneración no es exclusiva de los gaditanos, sino generalizada en el panorama universitario español, según acaba de constatar un estudio de Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación muy similar al de la UCA, aunque realizado con los titulados en el curso 1999/2000 y tras un periodo de cinco años y no tres. El salario medio que aseguran encontrar en su primer empleo es de 760 euros y los hombres cobran unos cien euros más que las mujeres.

La diferencia entre sexos no sólo no se atenúa al ganar experiencia. Según el estudio de la UCA, el salario medio a los tres años de terminar la carrera llega a los 1.430 euros, muy similar al promedio nacional, pero hay una fuerte brecha de más de un 20% entre ambos sexos: ellas perciben una media de 1.285 euros y ellos alcanzan los 1.564. Es decir, los hombres cobran 4.000 euros más al año que sus ex compañeras, aunque en esta desigualdad puede influir la mayor presencia de chicos entre las carreras técnicas, como Informática, Arquitectura o Caminos, que son las mejor remuneradas.

El promedio está calculado entre aquellos que aseguran tener un contrato a tiempo completo, que son la mayoría, y evidencia que los jóvenes mejoran sus emolumentos notablemente en los primeros años de actividad laboral (de 800 a más de 1.400 euros), según apuntaron los doctores María del Mar Mesa y Manuel García, colaboradores en la elaboración del estudio. Pese a ello, son cantidades que también pueden considerarse muy bajas dado su nivel de formación y el coste de vida actual.

Desglosado por disciplinas, el arco de estipendios está comprendido entre los 1.186 euros (menos de 200.000 pesetas) de los estudiantes de Humanidades (Historia o Filología) y los 1.728 que cobran de media los procedentes de carreras técnicas.

Lo que también sube claramente es el grado de inserción, que pasa del 51% al 85% transcurrido este primer trienio. Nuevamente las enseñanzas técnicas y las de Salud son las que tienen mayor proporción de ocupados (94,5% y 93,3%, respectivamente) y las Humanidades, las peor y más paradas, con un 75% de estudiantes ocupados en una disciplina relativa a los estudios completados.

La gran mayoría consigue así trabajo pero solamente un 51,2% de ellos tiene un contrato fijo (o plaza de funcionario) tres años después de su graduación, lo que lleva a cuestionar el resultado de las políticas de fomento del empleo joven y de incentivos a la empresa. El resto de los jóvenes está en situación temporal (44,7%) o trabaja por cuenta propia. Estos últimos representan únicamente un 4,1%, reflejo claro de la crítica que los empresarios dirigen a los jóvenes y no tan jóvenes gaditanos, a los que consideran poco emprendedores en comparación con otros vecinos del país. Entre quienes se animan, médicos, arquitectos o informáticos son los más abundantes.

Analizado por sexos, las mujeres son otra vez las que soportan la situación más desfavorable porque el 47% de ellas tiene un trabajo estable frente al 55% de los hombres. Al igual que con el dinero, también los egresados de Técnicas son los mejor posicionados, con un 59% de empleos estables, mientras que la mayor eventualidad no se da entre los profesionales de Humanidades, sino entre los de Salud (64,9%), debido, claramente, a las bolsas de interinos del SAS.

Un detalle que explica este grado de temporalidad es la peregrinación por distintos lugares de trabajo que se produce en estos primeros años de andadura profesional. Un tercio admite haber pasado por más de tres empresas en este tiempo y sólo un 3,8% ha permanecido en la misma firma.

Y como no sólo importa la cantidad de trabajo, sino también su calidad, aquello de "trabajar en lo mío". Los universitarios gaditanos le dan sólo un aprobado al nivel de adecuación del empleo a sus estudios, aunque, según los responsables del estudio, en este aspecto influyen factores subjetivos, como una posible preconcepción errónea del mundo laboral, que condicionan la respuesta. Además, la inmensa mayoría de aquellos que no están trabajando no ha perdido el tiempo, sino que lo ha dedicado a ampliar su formación, según puntualiza María del Mar Mesa. Esta ampliación de estudios se da sobre todo en Ciencias Experimentales (Biología, Física, Matemáticas...) y en Sociales y Jurídicas (Derecho o Graduados Sociales).

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