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Antes incluso de que dejase de tener un uso militar, y comenzase el derribo de los glacis y parte de los cuarteles que rodeaban el conjunto, el torreón de la Puerta de Tierra de Cádiz ha tenido usos que, cuanto menos, pueden considerarse como peculiares. Hoy lleva un año esperando su reapertura reconvertido en un pequeño centro de interpretación de las fortificaciones. Mientras, uno de lo elementos más importantes de la arquitectura militar de la ciudad sigue cerrado.
En los años ochenta y principios de los 90, la Puerta de Tierra de fue llenando de inmensas figuras alegóricas. Fue uno de los más espectaculares exornos para el Carnaval en nuestra historia. La imagen de Hércules surgiendo del torreón de la muralla fue publicado incluso en la prensa nacional.
A pie de la muralla, en los años setenta se instaló una guardería infantil en el foso del Pelíkano, que contaba incluso con una piscina.
En algunas ocasiones se habilitó la planta baja del torreón para la celebración de almuerzos, especialmente durante las Fiestas Típicas.
También en la etapa de las Fiestas Típicas se habilitaron dependencias del torreón como Museo del Comparsista.
Durante años en la parte superior del torreón del frente amurallado se instaló una estación radiotelegráfica, con un sistema de telegrafía óptica. Igualmente se contó con un castillete de madera a modo de cámara oscura para realizar cálculos de tiro artillero.
También se utilizó el frente de Puerta de Tierra para la instalación de todo tipo de pancartas, desde las reivindicativas, como esta reclamando trabajo para el astilleros, como festivas o saludando a ilustres invitados. Así, en Carnaval y en Navidad también se alumbraba el conjunto.
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