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Cádiz

Las solicitudes de acceso en Fernando Quiñones no dejan de aumentar

  • La demanda crece curso tras curso y el comedor se llena cada jueves a pesar del traslado a Zona Franca

La formación que se ofrece en la Institución Provincial Fernando Quiñones es diferente a la impartida en la Escuela de Hostelería de Cádiz. La primera pertenece a Diputación pero su titulación es la propia de un ciclo formativo regido por la Consejería de Educación. Se trata de educación reglada, como en cualquier instituto. La segunda también es de titularidad pública, pero está vinculada a Empleo. Sin embargo, la finalidad de ambas coincide en la preparación de futuros profesionales en el sector de la hostelería -y también en turismo en el caso de Fernando Quiñones-.

La demanda para acceder a los estudios ofrecidos en Quiñones no ha parado de aumentar, independientemente del traslado del centro al edificio Europa de la Zona Franca o al cierre de la Escuela de Hostelería durante los dos últimos cursos. Si tuvieran unas instalaciones más amplias podrían dar cabida a cuatro líneas de primero de cada ciclo formativo, según informa el secretario del centro, Miguel Berbeira. Aunque para eso haría falta también un mayor presupuesto para la contratación de más profesorado, reconoce.

Las instalaciones acogen actualmente a unos 180 alumnos. El traslado ha reducido la capacidad de albergar a más personas porque las aulas son más pequeñas que las de Valcárcel, edificio que tuvieron que abandonar. Cada clase ha pasado de una treintena de alumnos a 24.

El comedor del centro formativo también vio rebajado su tamaño con el cambio. Los comensales que llenan cada jueves -único día que el centro ofrece servicios de restauración- las instalaciones se limitan ahora a unos 30 o 35. En Valcárcel la amplitud del salón ofrecía capacidad hasta para 200 personas. Sin embargo, no solían superar los 60 servicios para no perder de vista el objetivo de esos ágapes, que no es otro que las prácticas de los alumnos. Los menús temáticos que se ofrecen cada semana tienen una acogida bastante buena, y en algunos casos -como la semana de la cocina marroquí- se podrían llenar tres comedores para satisfacer la demanda, debido a la cantidad de gente que se queda sin poder reservar.

El cambio de infraestructura ha sido positivo por regla general, a pesar de que las instalaciones son más pequeñas y que el entorno no tiene comparación. Han pasado de ver la playa de La Caleta desde la sala de profesores a las naves industriales de la Zona Franca. Hay cosas mejorables, según explican desde el centro, pero lo básico está cubierto.

El edificio Europa que alberga a la Institución Provincial Fernando Quiñones está al cien por cien de capacidad. Recientemente se ha cumplido el segundo año del traslado del centro formativo. Diputación y Zona Franca firmaron en su día un convenio para la inclusión de las instalaciones dentro del Consorcio por un plazo de cuatro años, de modo que ha llegado a su ecuador.

El propio centro ha informado al actual gobierno de la Institución Provincial del carácter provisional del acuerdo, alcanzado en la anterior legislatura. De hecho, el Ayuntamiento de Cádiz también ha cambiado de color político. Fue Teófila Martínez, ex alcaldesa de la ciudad, la que se comprometió a que el centro formativo no abandonase Cádiz y que las instalaciones volverían algún día al casco histórico de la ciudad, donde estuvieron durante 40 años y para el que llegó a barajarse el recinto dejado por el Instituto Rosario como posible sede del Fernando Quiñones.

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