Cádiz

La sobresaliente demanda del IES Drago

  • Este centro público ha recibido 72 solicitudes más de las que puede aceptar

No sólo las escuelas concertadas de la capital gaditana reciben más solicitudes de admisión de las que pueden aceptar. También hay escuelas públicas que se ven obligadas a rechazar peticiones, y no sólo de Educación Infantil y Primaria. El Instituto Drago, de Educación Secundaria y Bachillerato (por la tarde también oferta tres ciclos formativos), ha recibido para primero de Bachillerato nada menos que 72 solicitudes más de las que puede acoger.

El primer curso de Bachillerato de este centro no cuenta ni con una, ni dos, ni tres líneas, sino con cinco; y cada una de ellas se completa con unos 35 alumnos. "La peculiaridad de este instituto es que pasamos de dos líneas en Secundaria a cinco en primero de Bachillerato, y aunque cada año aumenta la demanda de plazas en este último nivel no podemos acoger a más alumnos. Primero por falta de espacio. Y segundo porque sería un error incentivar la pirámide invertida, es decir, ir de menos alumnos a más. No podemos ni queremos", reconoce el director del IES Drago, Pedro de Vicente.

Explica el docente que un 65% de los alumnos que demanda su centro procede de colegios concertados ubicados en las inmediaciones del Drago que no ofertan Bachillerato. Fundamentalmente, esos estudiantes han realizado la Secundaria en Salesianas, Las Esclavas, Safa-Villoslada, Rebaño de María, San Vicente de Paúl, Argantonio y en el colegio público La Institución. Y algunos alumnos vienen de San Felipe Neri, que sí tiene Bachillerato pero privado. El porcentaje restante (un 45%) lo completa alumnos de Secundaria del mismo Instituto Drago.

Recuerda De Vicente que el Drago es un centro unido al Reyes Católicos por un convenio de adscripción, y de ese colegio público procede el 90% de su alumnado de Secundaria.

Tanto el director como el vicedirector, Salvador Hernández, agradecen que el IES Drago sea "un centro de referencia", como demuestra su alta demanda. Pero eso no les separa los pies del suelo. "Somos conscientes de que hay cosas que mejorar y adecuar, y también nos gustaría que mejorasen los rendimientos escolares de nuestros estudiantes. Queda aún trabajo por hacer, siempre queda trabajo por hacer".

No obstante, un trabajo que ya tienen bastante adelantado es el de la integración de esos jóvenes que se incorporan al IES en Bachillerato. "Tenemos claro que a ese nuevo alumnado hay que integrarlo. Deben desechar la idea de que están aquí de paso y de que a este instituto sólo les vincula lo académico. Por ello, estamos desarrollando un plan específico y estratégico de integración y convivencia", informa De Vicente.

Un plan que se sustenta en actividades de acogida y culturales y en dos viajes: uno a la serranía de Huelva y otro a la ciudad de Almagro (Ciudad Real), donde los alumnos son espectadores de teatro clásico. "Con las actividades pretendemos que los estudiantes de primero de Bachillerato se sientan parte del centro, y esto lo conseguimos dejando que sean ellos los protagonistas de las mismas. Por ejemplo, en un concierto o durante la lectura de un libro. Y con las excursiones logramos que se conozcan más entre sí, ya que la convivencia entre ellos es menos formal que la viven en el centro", expone Hernández. Y concluye: un instituto también debe transmitir valores y fomentar la convivencia.

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