Cádiz

Un relato fantástico

  • Al investigar los orígenes de la prensa gaditana, se observa que junto a la información de tipo general, aparece con frecuencia una serie de noticias curiosas sobre los más variados temas, donde lo insólito, raro y hasta fantasioso, jugarán un papel importante

Ilustración de la "Carta verídica" publicada en 'El Correo de Madrid'.

Ilustración de la "Carta verídica" publicada en 'El Correo de Madrid'.

AL investigar los orígenes de la prensa gaditana, sobre todo la de finales del siglo XVIII y primer cuarto del XIX, comprobamos que, junto a la información de tipo general, aparece con frecuencia toda una serie de noticias curiosas sobre los más variados temas, donde lo insólito, raro y hasta fantasioso, jugarán un papel importante. Todo ello destinado a un cierto público ávido de sensacionalismo, lo que nos da una idea de sus preferencias y nos sirve, además, para entender la mentalidad de la época en unos momentos en que la prensa escrita era el único modo de comunicación de masas. Al tiempo, de forma bien ilustrativa, sopesamos la capacidad, más o menos forzada, de escepticismo o de abierta credulidad del lector o de quienes escucharan los que otros les leyeran. Tengamos en cuenta que la tasa de analfabetos a principios de la centuria decimonónica se situaba en algo más del 85% de la población.

Fue en el siglo XVIII cuando los periódicos empezaron a interesarse por estas cuestiones, sobre todo en publicaciones tales como El Diario de Madrid, El Mercurio de España o El Correo de Madrid, que daban periódicamente noticias sobre estos sucesos, unas veces de forma vaga o imprecisa y otras más aproximadas a la realidad. Entre dichas noticias, podemos destacar aquellas referidas a seres atípicos que por sus especiales características, más físicas que psíquicas, eran objeto de una morbosa fascinación. Curiosamente, El Correo de Madrid, que apareció el 10 de octubre de 1786, nada sensacionalista en principio, trataba de asuntos de economía, historia y política, así como a otros de interés, tanto nacionales como extranjeros. Incluso, publicó a modo de folletín, Las Noches Lúgubres y Las Cartas Marruecas, de Cadalso. No tardaría en sorprendernos con noticias tales como que en Cerdeña había nacido un humano, "que carece de manos y de pies; del principio del muslo le sale un dedo con el cual toca un tambor y escribe; en la boca enhebra una aguja y hace otras habilidades".

El extraño que desembarcó en Cádiz

Dentro de este contexto hemos de situar un curioso folleto publicado en Cádiz, suponemos que por guardar su contenido una cierta relación con la ciudad, el año de 1790 en la imprenta de Juan Jiménez Carreño (calle San Miguel). Venía a hacerse eco de una información aparecida el 22 de septiembre en El Correo de Madrid, bajo el siguiente título, "Carta verídica de un sujeto de la ciudad de Orihuela a otro su amigo, en que le participa de un maravilloso fenómeno, que siendo hombre y de un cuerpo regular, se ha reducido a una estatura de tres palmos de alto".

Ni que decir tiene que, de entrada, este encabezamiento ya nos pone en guardia sobre el tipo de relato, totalmente disparatado, que a continuación podía leerse. Principiaba haciendo mención a un tal Esteban, nacido en Orihuela, "criado en ese mismo lugar, sano y con perfecta robustez, hábil en la aritmética, de entendimiento claro y con bella forma de letra…". Tras esta genérica y poco precisa descripción, incluyendo algo aparentemente anecdótico como ser acreedor de cierta instrucción, refiere que viajó a América acompañando a un acaudalado comerciante, paisano suyo, que, dados sus conocimientos, le confió plenamente el manejo de sus negocios, la dirección de sus libros de contaduría y el giro de sus letras. En definitiva, el control y administración de sus finanzas, que, como se especificaba, "lo hizo todo con integridad y honradez".

De vuelta a España tras su estancia en América, arribaron a Cádiz donde estuvieron varios meses, sin que, como se apostilla, su estado de salud experimentara ninguna incidencia ni anormalidad alguna. Por contra, poco después, tal y como se puede leer en el relato, se advirtió que, "aunque mozo gallardo y de una estatura más que regular", fue comprimiéndose lentamente, "guardando cabal simetría en todas sus partes, de suerte que quedó en la estatura de un niño de seis años y algo menos". También perdió el habla y solo articulaba algunas palabras ininteligibles, por lo que su caso fue tratado en Madrid donde opinaron desde médicos a teólogos, pasando por los curiosos y charlatanes de turno. En consecuencia, se llegó a los más diversos y contrapuestos dictámenes, que iban de los que afirmaban tratarse de un maleficio a los que creían ser una misteriosa enfermedad hasta el momento desconocida. Con todo, en el relato se incide, especialmente, en que "todos quedaron confusos y sin ninguna explicación".

Tras su estancia en Madrid sin encontrar, pues, respuestas a tan extraño caso, recaló en su Orihuela natal, siguiendo su rara existencia recluido en un cuartito donde tenía por cama un jergoncito de paja y se alimentaba "con muy poco pan y poca agua". Finalizaba el relato con la afirmación de que "todo ello no se sabe si es obra de Dios o del demonio" y con la sentencia de un sacerdote, del que solo se citan sus siglas (B. L. M) : "Estamos todos esperando que se descubra este misterio".

A vueltas con lo increíble

Conforme el siglo XIX fue avanzando, dando lugar a interesantes y valiosos descubrimientos científicos, ni que decir tiene que este tipo de historias fantásticas, que seguían publicándose, cada vez fueron quedando más arrinconadas y reducidas al campo de lo irracional, propio de gente poco o nada instruida. Sin embargo, a pesar de estas consideraciones, estas narraciones siempre han encontrado cierta cabida en el imaginario colectivo. Sin ir más lejos, en 1922 el afamado novelista norteamericano, Scott Fitzgerald, publicó en la revista Collier’s, que alternaba realidad con ficción, un relato que, salvando las distancias, sigue una línea parecida a lo anteriormente descrito. Nos estamos refiriendo al titulado El curioso caso de Benjamín Button, que luego en 2008 sería llevado al cine en una película protagonizada por Brad Pitt y dirigida por David Fincher. El argumento gira justamente en sentido contrario, pues se trata de un anciano que va rejuveneciendo con los años. Con la premisa de no dudar en lo más mínimo de su fantasioso argumento, en el fondo se le brinda al autor la oportunidad de hacer una crítica moralizante sobre el sentido de la vida.

En cambio, en la "Carta" que hemos visto no hay tal finalidad, simplemente se atiene a un relato increíble, de imposible aceptación racional. Puestos a sacar conclusiones, se puede barruntar que tal vez este basada en un hecho real anterior, fantaseado luego con sus respectivos ingredientes de misterio. ¿Podría tratarse de algún tipo de caso relacionado con lo que hoy entendemos por "progeria", cuyo síndrome fue descubierto por Hutchinson en 1886 o, mejor, con el de Werner y el envejecimiento prematuro?

Independientemente de su valor para captar el grado de entendimiento y gustos de la sociedad de la época, estamos ante uno de los tantos hechos extraordinarios que a veces encontramos en los Archivos, en los que lo extraño y lo fantástico retan al sentido común y donde nos resulta muy difícil encontrar algún fondo de realidad meramente aproximativo.

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