Cuando el regalo de Reyes no sólo llega a las casas
Navidad
Personal y voluntarios de Cruz Roja de Cádiz obsequian a sus usuarios habituales del colectivo de personas sin hogar con diferentes detalles fruto de distintas donaciones
Invisibles
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Cádiz/“Anda, un radio caletera... Muchas gracias porque esta es mi fiel compañera, nunca me ha robado, ni me ha traicionado, ni me ha engañado, mejor que muchas personas, fíjate lo que te digo, la radio... Además que me ayuda a dormir, no es coña. Sin radio no duermo y a esta que tengo le pido la baja ya porque tiene de años... Yo no sé ni cómo enciende... Qué bueno Laura, una radio...”
Si te vas, yo también me voy. Si me das, yo también te doy. Mi amor... El aparato que, efectivamente, supera con creces la fecha de envasado del hit de Enrique Iglesias pone la banda sonora al Día de Reyes por adelantado de Alejandro. No son los magos de Oriente, no, los que vienen a visitarlo en su banco de la Alameda, sino una trabajadora y dos voluntarios de Cruz Roja que este vecino de la ciudad en situación de sinhogarismo desde hace más de 20 años conoce bien. “A todos, ¿verdad, Laura?, y a los nuevos que van llegando también. Son buenas personas todos, fíjate, como prueba este detalle que están teniendo”, agradece mientras escudriña su nueva radio, una botella térmica, una tarjeta de felicitación realizada por la empresa Gawo Desig (tras ella una gaditana que vive en Asturias) y una batería para el móvil, a elegir entre una de carga eléctrica o solar (“la del sol, ¿no?, es lo que más tengo en la calle...”), todas ellas en el interior de una mochila que también resulta bien apañada y que recoge los regalos de Reyes para muchas de las personas sin hogar que habitualmente Cruz Roja de Cádiz atiende cuatro veces por semana en nuestra ciudad.
Una de ellas es Alejandro, “más de Cádiz imposible”, que arrastra una historia detrás “tan larga como triste”, una historia que evita verbalizar como el niño que rodea un charco, salpicándose un poco los pies pero sin llegar a mojarse los calcetines.
“Yo era guardia de seguridad y me vi en la calle por decir la verdad, por eso le digo lo de las personas... Es que es tan largo de contar como triste, me trae viejos recuerdos que no me apetece... Usted es muy amable y me va a disculpar que no se lo cuente... Yo era guardia de seguridad, nadie me ayudó y luego se demostró la verdad, pero aquí me veo... Una denuncia falsa, ¿sabe?, pero ya le digo, ni los jueces me callaron por decir la verdad, yo no me lavé las manos como hicieron otros, me arrodillaron pero no pudieron conmigo, eso sí, esa denuncia falsa me costó mi placa, porque yo soy diplomado y titulado, mi trabajo, mi mujer, mi vida... Pero duermo tranquilo, en la calle, pero tranquilo. Pobre pero honrado”.
Alejandro chapotea en la laguna de su trayectoria vital pero, finalmente, la salta. “Lo mío fue una injusticia pero nadie se merece estar en la calle, la calle es muy dura, señorita, muy dura, por eso se agradece tanto la labor de estas personas que están aquí, porque te preguntan tus necesidades, te dan tu bocadillo pero, sobre todo, porque se preocupan. Y, encima, este detalle de Reyes que han tenido hoy”, vuelve su mirada a los tres reyes magos más de verdad que durante este miércoles y jueves han intentado localizar a los “75 usuarios habituales” que atiende Cruz Roja en sus salidas de tarde y noche, los lunes, miércoles y jueves, y la diurna de los viernes.
“Los tres primeros días son los de reparto de alimentación y otras necesidades pero los viernes los dedicamos a la identificación de nuevas personas, a darnos a conocer, son días de acercamientos, de ratitos de charla más tranquilamente y vamos sin ruta a seguir, sino con las personas que lo demanden a lo largo de la semana o las personas que nos vamos encontrando nuevas”, explica la renombrada Laura (Laura Alfaro), responsable del área de Personas Sin Hogar de Cruz Roja en Cádiz, que en esta entrega especial de los regalos de Reyes está acompañada por los voluntarios Marta Amado y Alejandro Marcelo.
“El equipo de voluntariado es el que sostiene las salidas, hacen una labor brutal y suelen ser personas muy jóvenes”, “una labor encomiable”, le refuerza Alejandro con “autoridad para decirlo” porque lleva en este banco “más años que aquí el colega”, ríe señalando la estatua de Carlos Edmundo de Ory. “Una así me van a poner a mí aquí cuando me muera”, vuelve a reír. “Me río pero no sé por qué me río... Bueno, el sentido del humor no hay que perderlo nunca”. “Y tú siempre haces gala de él”, le devuelve Laura al hombre de buen ánimo, de buenas palabras y de gesto desencantado. Es fino, es irónico, no es superficial ni cargante el humor que muestra Alejandro, con ese fondo largo y triste, como su historia...
Examina la botella, vuelve a la radio... Mientras, la trabajadora de Cruz Roja explica que las donaciones que han dado lugar a los regalos proceden “de empresas tanto grandes como pequeñas” y que intentan que “la entrega esté acorde con las necesidades reales de la persona usuaria porque no todas tienen el mismo perfil”. Algún maquillaje, algún calzado deportivo, algo de vestuario también forman parte de los paquetes que han sido distribuyendo estos días por voluntarios como hoy son Marta y Alejandro.
De Cádiz, con 21 años y estudiantes, ella del doble grado de Administración de Empresas y Finanzas y Contabilidad, él del último curso de Enfermería, Marta Amado y Alejandro Marcelo llevan colaborando con Cruz Roja desde el pasado verano. En agosto tenían más disponibilidad, ahora con el curso empezado van sacando tiempo de donde pueden, lógico, “pero llamamos a Laura cuando podemos y nos coordinamos”, resuelven.
Alejandro Marcelo ya había colaborado en su etapa en bachiller con alguna ludoteca, para Marta esta ha sido su primera experiencia con el voluntariado y ambos coinciden en que está siendo “muy satisfactoria”. Con distintas palabras, ambos jóvenes hablan de lo mismo, de la “amplitud de visión” que te proporciona esta experiencia “porque ves de primera mano que tu realidad no es la única que hay y que cada persona tiene una historia detrás con lo que aprendes mucho” (dice él); y de “la oportunidad de estrechar el lazo con una realidad de la que puedes ser consciente que existe, en otro país o en tu propia ciudad, pero que nunca te has sentado a escuchar y comprender, porque a cualquiera le puede pasar verse en situación de calle y verse solo” (reflexiona ella).
Alejandro no tiene padre, ni madre, ¿los hermanos?, “mejor los de la calle”. Con todo, prefiere su vieja caseta de campaña a la cama de los albergues. “Hacen una buena labor, ¿eh?, pero no me gusta el ambiente, prefiero ir solo, a mi rollo, con mi radio...” Ahora tiene una nueva, se la han traído los Reyes.
Cambio en el perfil de las personas sin hogar: alquileres inasumibles en Cádiz y salud mental
Laura Alfaro, responsable del área de Personas sin Hogar de Cruz Roja en Cádiz, explica que con datos de principios de diciembre, la organización de atendió en el año 2023 a 450 personas sin hogar. "No todas están en Cádiz permanentemente, hay personas que tienen movilidad geográfica y no todas tienen el mismo itinerario ni se quieren afianzar en Cádiz", precisa la trabajadora que, sobre todo, aprecia "un importante cambio en el perfil de estas personas".
"Este colectivo está muy estigmatizado porque hace años lo relacionábamos con drogadicción pero, a día de hoy, eso no es del todo así. Nos estamos encontrando con mucha problemática de salud mental y, sobre todo, con la incidencia del problema de la vivienda en Cádiz", explica Alfaro que certifica que Cruz Roja atiende "a muchas personas que aun cobrando una pensión, de unos 400 o 500 euros, no pueden hacer frente al desarrollo de la vida diaria, al pago de un alquiler en Cádiz, suministros, alimentación...", además de también asistir "a personas que aun teniendo vivienda, no están en las mejores condiciones y necesitan nuestra atención para poder tener cobertura de necesidades básicas".
La trabajadora de Cruz Roja recuerda que muchos de sus usuarios "no tienen el respaldo familiar, ni ayuda de esa familia en momentos determinados por problemáticas que desconocemos", por ello "no tienen respaldo para hacer frente a un alquiler cuando te están pidiendo una fianza, un aval..., es una locura la vivienda en Cádiz", lamenta.
"Si hubiéramos tenido esta conversación hace 10 años, el discurso que te daría sería diferente pero, a día de hoy, además del tema de la dificultad de acceder y mantener una vivienda, tenemos a mucha gente joven con problemas de salud mental, personas que no tienen acceso a recursos específicos en este sentido, y a personas con problemas familiares, que prefieren la calle antes que el domicilio", asegura.
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