¿Qué tienen que recortar las cofradías?

Las propuestas, las declaraciones y los datos de estos últimos días en torno a la colaboración que el Ayuntamiento presta a la Semana Santa están siendo ciertamente confusos. El debate se ha encendido en la sociedad sin conocerse realmente cuáles son los planes del equipo de Gobierno, que en su cuenta particular de gastos de la Semana Santa incluye todo tipo de actividades de esa época del año, vayan o no directamente dirigidas a las cofradías. González y su equipo deberán ahora concretar qué partidas o qué cantidad económica quieren ahorrarse de cara a 2016.

En un ejercicio de análisis, los datos aportados por el Consistorio de gastos de este año incluyen varias partidas que realmente a las cofradías no les afecta en absoluto, unida a otras que pueden ser susceptibles de esa reducción que pide Podemos.

Así, el Ayuntamiento imputa a las hermandades el gasto de decoración del palco de autoridades del Palillero, un palco que es municipal y que por tanto corresponde únicamente a lo que el Consistorio quiera hacer. Este punto podría ahorrar hasta 3.025 euros que se gastaron este año. También figura la instalación de un cuadro de toma de corriente, igualmente en Palillero, que las hermandades no necesitan para su discurrir procesional (por el que se pagó en 2015 471,90 euros). La presencia de maceros en la Semana Santa (360 euros se destinaron a este fin) no es tampoco una necesidad cofrade, correspondiendo al Ayuntamiento contar o no con ellos. Y de igual forma, se ha incluido entre los gastos el acompañamiento musical del Santo Entierro (900 euros), que se trata de un acuerdo particular entre Consistorio y esa cofradía, que quizás debería separarse del gasto general de la Semana Santa.

En el apartado de ahorros, los recortes podrían ser sensibles en la edición de carteles, folletos y lonetas para anunciar la Semana Santa o el vía crucis de Cuaresma (que este año supusieron 5.069,20 euros a las arcas municipales), si el Consistorio entiende que la Semana Santa no tiene por qué anunciarse. Y también podría procurarse un ahorro en el servicio de ambulancias, buscando algún acuerdo con la delegación de Salud o con los hospitales de la ciudad.

Todos estos recortes dejarían la aportación económica limitada prácticamente a la subvención directa a las cofradías y al montaje y desmontaje de los palcos y de la rampa, apartado este último en el que también se podría buscar una fórmula para rebajar una partida quizás excesiva si se tiene en cuenta que la estructura de esos palcos se dispone de un año a otro.

Estas y muchas otras variaciones económicas son las que se pueden plantear para reducir costes. Otra cosa sería que el Ayuntamiento quisiera reducir directamente o únicamente la subvención directa de 120.000 euros a las hermandades, lo que plantearía otro escenario bien distinto.

En cualquier caso, es un error hablar de beneficios, ya que lo que el Ayuntamiento aporta a las hermandades es una mínima parte de lo que supone para éstas que la Semana Santa se celebre con cortejos y pasos recorriendo las calles de la ciudad.