Las dos pilas centrales del segundo puente se ven ya desde prácticamente cualquier punto elevado de la Bahía de Cádiz. Lo mismo asoman si uno está en el Castillo de San Sebastián que en una población vecina. Anuncian que están ahí y que avanzan lenta pero inexorablemente hasta tocarse con ese tramo atirantado que ya ha arrancado también en la pila 12. En su gemela la actividad es más visible. Hace una semana se subió una nueva dovela, la quinta ya, y el carro de izado ascendente, el que mira hacia la orilla gaditana, ha avanzado sus primeros metros en dirección a la capital. Una vez que se culminen los trabajos de soldadura volverá a desplazarse para subir una nueva estructura, y así sucesivamente hasta que llegue al centro del viaducto. Sin embargo, ahora queda otro trabajo complicado. Una vez que las tres primeras dovelas en cada sentido estén fijadas a la pila, llegará el momento de comenzar a descolgar los tirantes que parten desde los pilonos que coronan los grandes pilares. Esos tirantes de acero recubierto deberán soportar pruebas de carga importante porque una vez que avance esta parte de los trabajos ya no se podrán detener. Las dovelas se sostendrán ya no sólo mediante soldadura, ya que el peso haría que se fracturara más pronto que tarde, sino que serán estos tirantes los que las mantendrán fijas soportando buena parte de su peso. En algunos casos estas dovelas llegan a pesar unas 600 toneladas, en otros mucho menos, 200, pero el caso es que el peso es importante y que la seguridad deberá estar totalmente garantizada antes de completar la operación.

Una vez que se suba la nueva dovela en la parte que mira hacia Cádiz de la pila 13 comenzarán a colocarse los tirantes, operación que también tendrá que hacer una grúa de grandes dimensiones.

Según ha podido saber este medio, de las tres empresas que comenzaron realizando el montaje de las dovelas (Tecade, OPT95 y Mebusa) ya sólo queda una, Tecade, puesto que OPT se marchó hace meses y ahora Mebusa ya ha dicho que continuará realizando las estructuras que tiene asignada en su factoría sevillana pero no se ocupará de su montaje. Las empresas están pasando momentos delicados porque a pesar de que el Ministerio de Fomento asegura que está al día en los pagos, estas dicen que suelen tardar unos 240 días en cobrar las facturas, por lo que su situación financiera se complica por momentos. Mebusa sí que fabricará uno de los dos carros de izado de la pila 12, mientras que el otro lo hará una empresa gaditana ante la negativa de OPT95, que era quien lo tenía asignado.