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Cádiz

Una plaza... sin aspecto de plaza

  • Recientemente se colocaron macetas para 'impedir' el paso a la Plaza de España

  • Entre vecinos y comerciantes se premia la estética, pero algunos sugieren que el lugar no es práctico

Un coche en dirección Plaza de España, sorteando la maceta que 'impide' el paso.

Un coche en dirección Plaza de España, sorteando la maceta que 'impide' el paso. / julio gonzález

Los días de aparcar el coche en la plaza Argüelles terminaron. O, al menos, se supone. Ahora la minúscula zona, que antes servía como atajo entre la Plaza de España y la Alameda, se corona como 'espacio abierto' para peatones, idea que conecta con una de las máximas del Gobierno de José María González, que es la de "poner a la persona en el centro del paradigma de la movilidad" con la intención de que no rivalice espacios con los vehículos.

Pero la imagen final es la siguiente: una plaza sin aspecto de plaza. El dibujo de la calzada sigue estando presente en el adoquinado, y una parte del espacio se sigue reservado para el estacionamiento. Es decir, que la peatonalización no ha sido total puesto que el tráfico sigue discurriendo entre la Alameda y la calle del Conde O´Reilly y a la plaza de España, en un principio, podrán seguir accediendo autobuses turísticos y vehículos de emergencia -en el caso de que se eliminen las macetas que han puesto recientemente y que 'impiden' el paso-.

Los coches siguen pasando en buena parte de la plaza, y las normas no se cumplen

Por esta razón, una ronda de reconocimiento resultaba necesaria esta semana, a escasos días de la inauguración. "Los coches siguen pasando", decía una vecina, "pero queda bonito". Y como esta, todas las declaraciones de las personas que por allí transcurrían. Quizás porque se trate de la frase que resume el experimento llevado a cabo por Urbanismo, con resultados bonitos a efectos estéticos pero poco prácticos, por el escaso espacio que existe para obras que no cambian "el paradigma de la movilidad" al máximo nivel.

De haber sido así, el tramo que conecta la Alameda con Conde O´Reilly también se habría peatonalizado. Y de eso, precisamente, se quejaba la dependienta de la panadería de la esquina. Como la fila de aparcamientos se ha mantenido en la parte de los edificios donde se encuentra su establecimiento, asegura que los coches -o camiones que carguen y descarguen- van a seguir tapando su tienda y que los peatones que puedan pasar por la plaza no se fijarán en su escaparate.

A fin de cuentas, si ha merecido la pena o no lo decidirán los vecinos y comerciantes con el tiempo. Por el momento se quedan con una sensación agridulce: primero, al ver cómo uno de sus espacios se aprovecha de tal manera. Y segundo, porque las normas no se cumplen. Una de ellas prohíbe el paso a la Plaza de España, pero los vehículos siguen pasando. Y otra de ellas impide el aparcamiento en la zona reservada a carga y descarga, en frente de las sillas, pero allí se sigue aparcando.

Incumplimientos que se han intentando resolver con la colocación de cuatro maceteros en la zona. Tres de ellos que evitarían el aparcamiento en frente de la panadería, y uno que impediría el acceso de los vehículos que intentaran acceder a Plaza de España. Algo que se torna insatisfactorio, pues basta un paseo por la plaza para descubrir que las motos, por su tamaño, se cuelan sin problemas y que incluso los coches acceden a la Plaza de España montándose en la acera de una de las esquinas, donde está La nueva taberna.

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