Cuenta la historia, como seguro que saben, que el mítico alcalde Fermín Salvochea se desvivió literalmente por los que más lo necesitaban hasta el punto de donar la cama en la que dormía. Desde hoy, el Hogar Fermín Salvochea proporcionará al más de un centenar de personas que viven en las calles de Cádiz refugio diurno ante las inclemencias del tiempo, duchas, lavandería, café y calor, compañía y libros, apoyo y formación, además de un trampolín desde donde poder saltar desde la indigencia a reinsertarse en la sociedad. Un equipo de calle en permanente contacto con ellas complementará estos servicios.

Desde las ocho de la mañana hasta las ocho y media de la tarde un grupo de profesionales dirigido por la Fundación Atenea les atenderá en la antigua sede de la Policía Local en el Campo del Sur, un edificio completamente remodelado. Ayer lo inauguró el alcalde, José María González, en compañía de la concejala de Asuntos Sociales, Helena Fernández, de otros miembros del equipo de Gobierno y de responsables de la entidad adjudicataria de la gestión de todos los recursos municipales de atención al colectivo. Fue en el transcurso de un acto de ambiente festivo al que asistieron representantes de la mayor parte de las asociaciones que trabajan en Cádiz con personas sin hogar y del que se ausentaron los concejales del Partido Popular por objeciones al proceso de selección de la coordinadora, Menchu Romero.

Pero más allá de la trifulca política lo realmente importante es que también estaban allí Eduardo y José con cuatro o cinco compañeros de calle más, disfrutando del descanso que merece el trabajo previo. Eduardo lleva más de veinte años durmiendo a la intemperie y en albergues y José, cuatro o cinco sobreviviendo gracias a los comedores sociales. Junto al resto han colaborado en dar los últimos retoques a un centro en el que la participación será el puntal clave de la convivencia y del camino de la reinserción.

Un proceso este del que sabe mucho Luis Aranzana, Carita de Plata, poeta de guardia durante años en un banco de la calle Ancha y habitante hoy de una residencia para mayores en Algeciras desde donde sueña cada noche con volver a Cádiz. Luis aportó lo que mejor sabe hacer y declamó unos versos compuestos especialmente para la ocasión que incluyeron agradecimientos a quienes le ayudaron a salir de la calle, con una mención muy cariñosa a Menchu Romero.

“Es un día histórico para la ciudad porque Cádiz es desde hoy una ciudad más inclusiva”, afirmó José María González. “Este Hogar Fermín Salvochea –dijo– no es sólo un centro de día, es una declaración de intenciones y una forma de hacer política en el que se pone en el centro a las personas más vulnerables, a quienes históricamente han sido olvidados”.

El alcalde reconoció el trabajo de la anterior concejala de Asuntos Sociales, Ana Fernández, que impulsó el proyecto, y de la actual, Helena Fernández, que lo ha culminado. Y no perdió la oportunidad de reforzar el apoyo a la selección de la coordinadora. “Tanto la adjudicación de la gestión del centro como la selección de su equipo son fruto de un procedimiento pulcro”, dijo, para a continuación criticar al partido ausente del acto, “que pretende embarrar un día como hoy poniendo de manifiesto la vergüenza de lo que han hecho durante veinte años, que es mirar hacia otro lado”.