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Cádiz

La peor cara del patrimonio religioso: tres iglesias cerradas

  • La Castrense está siendo rehabilitada, con la esperanza de reabrir este año 2021

  • En el Caído tienen que empezar a desarrollar el proyecto de acondicionamiento de la capilla, ya rehabilitada

  • La Pastora sigue sin tener un horizonte claro

Un obrero transita por el andamio de la parroquia Castrense, en rehabilitación.

Un obrero transita por el andamio de la parroquia Castrense, en rehabilitación. / Lourdes de Vicente

Uno de los puntos fuertes que puede anotarse la ciudad respecto a la gestión del patrimonio religioso es que ninguna de las iglesias levantadas en su día ha perdido tal condición. Intentos ha habido varios, algunos más conocidos que otros, pero hasta la fecha -y al contrario que en otras muchas poblaciones- no se ha asistido a la desacralización y nuevo uso de ningún templo. Tres son los que en la actualidad mantienen sus puertas cerradas, aunque con visión de reabrir a corto, medio y largo plazo.

A corto plazo sueña con la reapertura la parroquia del Santo Ángel Custodio, que actualmente funciona exiliada en la iglesia de Santa Catalina. Cinco años lleva el templo de la plaza del Falla cerrado, en una rehabilitación integral que asumió el Ministerio de Defensa y que ha sido algo tortuosa hasta llegar al momento actual, en el que todo indica que a lo largo de este año podrán concluirse las obras y volver a abrir sus puertas. “Las obras van bien, aunque ahora se están ralentizando por los efectos de la pandemia, que retrasa los transportes de mercancías y demás operaciones necesarias”, señala el párroco, César Sarmiento.

El final de las obras en el horizonte parece un sueño después de años de pesadillas en la Castrense, para la que incluso llegó a plantearse el cierre. “El arzobispo Don Juan me lo preguntó en una ocasión”, reconoce Sarmiento, que en lugar de bajar los brazos y desligar al arzobispado castrense de la ciudad, defendió la utilidad de la parroquia y su historia. “Y entonces hubo voluntades varias para sacar esto adelante”, añade recordando los viajes a Madrid que mes a mes durante tres años realizó como párroco para convencer en la capital de la necesidad de conservar y restaurar la que es primera parroquia castrense de España.

A escasos metros del Santo Ángel hay otra capilla que espera su próxima reapertura. Se trata de la capilla del Caído, anexa al colegio mayor universitario, cuya obra civil ya ha concluido estando ahora a la espera de que la hermandad acometa el proyecto religioso para que el culto vuelva al Parque Genovés. “Eso necesita un estudio serio en muchos aspectos, que es lo que estamos haciendo en la actualidad”, responde el hermano mayor, Eugenio Ricote.

Dotar de retablos y otros elementos propios del culto religioso, acordar días de apertura de la capilla, concretar con algún capellán que se haga cargo de los cultos que se celebren en su interior y demás cuestiones son apartados que la hermandad quiere tener bien atados antes de decir adiós a San Francisco, templo en el que llevan desde 2008 y donde parecen haber encajado a la perfección tanto con los frailes franciscanos como con las otras dos hermandades y demás grupos de la casa.

Capilla de la cofradía del Caído, anexa al colegio mayor universitario, ya rehabilitada. Capilla de la cofradía del Caído, anexa al colegio mayor universitario, ya rehabilitada.

Capilla de la cofradía del Caído, anexa al colegio mayor universitario, ya rehabilitada. / Kiki

Además, Ricote apunta a otra operación de calado que está a punto de culminar la hermandad: la compra de la sede social que recientemente habilitaran en la calle Marqués de Cádiz y que reúne todas las necesidades de conservación del patrimonio y atención a los hermanos que requiere una cofradía, lo que conlleva una financiación añadida a la economía habitual de la hermandad.

Mucho más en el aire está actualmente la tercera de las iglesias cerradas al culto en la ciudad. La Pastora, en la calle Sagasta, no tiene un horizonte claro tras años sin actividad. Para luchar por la conservación de este templo, joya del Barroco tardío en la ciudad, se creó una asociación de fieles que viene realizando actuaciones dirigidas a poner en valor la iglesia mediante la difusión de su historia y su arte así como la búsqueda de ingresos que permitan hacer frente a las actuaciones necesarias para reabrir sus puertas. No obstante, en este extremo falta una decisión firme del Obispado sobre el futuro de este templo, que hasta la fecha no termina de llegar.

En el otro extremo, tampoco hay noticia alguna sobre la posibilidad de construir nuevos templos en la ciudad. En este sentido, conviene recordar que hay previsto un terreno en la zona del antiguo Matadero para levantar allí el complejo parroquial de Santa Ana, que actualmente desarrolla su actividad en los bajos de un edificio de la plaza Helios; como existía también una parcela en el barrio de Astilleros para otra iglesia, y un tercer terreno en el entorno de los antiguos cuarteles de Varela. Sobre ninguno de estos proyectos ha avanzado nada el Obispado estos años, aunque en la parroquia de Santa Ana sí se recogen fondos para este futuro proyecto del que aún no hay ni planos.

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