Construir un nuevo templo que acoja la actividad parroquial de Santa Ana es una de las principales necesidades que en materia patrimonial el Obispado tiene en la ciudad. Las limitaciones de una parroquia instalada en los locales de los bajos de un bloque de viviendas en la plaza Helios requieren desde hace ya bastantes años acometer la construcción del nuevo templo. El camino se allanó bastante hace unos años, cuando gracias a un convenio del Obispado con el Ayuntamiento, éste cedió una parcela situada en los terrenos del antiguo Matadero para levantar este edificio religioso. El traspaso de esta parcela, de unos 625 metros cuadrados de extensión, se rubricó en el año 2009, pero desde entonces no se han producido nuevos avances por parte de una Iglesia que también se topó de lleno con la crisis económica y que tuvo que renunciar a los proyectos e inversiones.

Frente a esta aparente inactividad, en la comunidad parroquial de Santa Ana sí están dando pasos, aunque sean muy pequeños. Mensualmente, un grupo de feligreses está aportando una cantidad económica destinada precisamente a la construcción de ese nuevo templo.

Aunque el párroco, Pedro Velo, ha rehusado hacer declaraciones a este medio, fuentes del Obispado sí han indicado que la cantidad recogida actualmente supera los 50.000 euros. Una cifra, no obstante, que aún es bastante reducida para poder hacer frente a un proyecto de estas características. De hecho, hace unos años indicaban desde Hospital de Mujeres que la ejecución de un nuevo complejo religioso -teniendo en cuenta que además del templo hay que habilitar salones donde puedan reunirse los grupos parroquiales, aulas donde puedan impartirse las catequesis y despachos donde puedan trabajar los diferentes responsables de esa parroquia, entre otros servicios y dependencias- superaba el millón de euros.

Además, en el caso de la nueva parroquia de Cortadura el asunto se complica aún más, ya que los 625 metros cuadrados de la parcela cedida por el Ayuntamiento siguen siendo limitados para este tipo de construcciones -según referían también desde el anterior equipo de trabajo de la delegación episcopal de Patrimonio-, que suelen ocupar unos dos mil metros cuadrados. Esta circunstancia hacía pensar en un proyecto planteado en altura.

A pesar de que la campaña iniciada por propia iniciativa de la parroquia de Santa Ana es una noticia positiva en relación a la construcción del nuevo templo, desde el Obispado reconocen que sobre este proyecto no se está avanzando nada. Las dificultades económicas propias del período de crisis que tanto está afectando a la Iglesia y los resultados de los ejercicios económicos de los últimos años (donde se mantiene la tendencia de ingresar menos de lo que se necesita para hacer frente a los gastos) hacen inviable que se plantee siquiera una actuación de la envergadura de la construcción del nuevo edificio.

Mientras, la feligresía de Santa Ana sigue aportando mensualmente las cantidades destinadas a este proyecto, que es más que necesario teniendo en cuenta la actual localización de la parroquia, las imágenes de las celebraciones eucarísticas dominicales (especialmente en los meses de verano) donde la iglesia no da abasto para tantos feligreses o el reciente aumento de la población de la parroquia con la ocupación de las viviendas de Matadero.