Poco a poco la vida se normaliza en la residencia Matía Calvo, que gestiona la Diputación en Cádiz capital, y vuelven algunas de las rutinas que la emergencia sanitaria hizo imposibles. En el día de hoy, por primera vez desde la declaración del estado de alarma, algunos usuarios han podido salir de las instalaciones del centro que, además, ha abierto sus puertas a un nuevo usuario por primera vez desde el inicio de la pandemia. Esta alta se produce tras cumplir los estrictos protocolos que exige la normativa para nuevos ingresos en este tipo de centros, los más vulnerables a las terribles consecuencias del virus.

 El diputado de Bienestar Social, David de la Encina, ha acompañado a las personas que han disfrutado de una salida de la residencia y ha dado la bienvenida al nuevo usuario, que ve por fin cumplirse el anhelo de tener plaza en el centro de mayores, ya que su entrada estaba programa para el 13 de marzo. El estallido de la emergencia sanitaria imposibilitó que se hiciera efectiva y ha obligado a que hayan tenido que pasar tres meses y medio para que se hiciera realidad.

 Los nuevos ingresos en centros de mayores exigen varios requisitos, como que el centro no cuente con positivos en coronavirus siete días previos al momento del ingreso, que el candidato a ocupar la plaza  resulte negativo en una prueba serológica para COVID-19 realizada con 72 horas de antelación y un seguimiento activo de síntomas clínicos compatibles con COVID-19 durante los primeros 14 días.

Las precauciones también se extreman en las visitas y los paseos que hoy se han iniciado, con especial preocupación en la desinfección de manos y posibles focos de contagio, el uso de mascarillas o el mantenimiento estricto de las distancias de seguridad. 

La residencia Matía Calvo ha estado libre de coronavirus durante toda la crisis, ya que no ha registrado ningún positivo ni en usuarios ni en residentes, lo que permite que puedan recuperarse estas rutinas.