Una paga pequeña para una renta inasumible

Antonio Moreno contaba con una pensión no contributiva de 366 euros por una minusvalía del 86%

Dos agentes sacan de la finca al hijo del matrimonio desahuciado.
Dos agentes sacan de la finca al hijo del matrimonio desahuciado.
R.b. Cádiz

23 de junio 2015 - 01:00

Cada caso de desahucio es una derrota para una familia. Una derrota determinada por una serie de causas. La situación de Antonio Moreno y Ana Benítez reúne una serie de agravantes que han dado con ellos y su hija de 16 años fuera de su hogar tras casi dos años sin poder afrontar las mensualidades.

La familia llevaba casi 30 años habitando un piso en la calle Benjumeda. A su llegada, en 1986, firmaron un contrato indefinido de unas 9.000 pesetas mensuales. Sin embargo, hace algo más de una década, unas obras en una finca colindante provocó un derrumbe en el inmueble y tuvieron que ser realojados en San Severiano durante dos años.

La rehabilitación de la finca llegó con la ayuda de la Junta de Andalucía a cambio de que durante los diez primeros años se debía respetar la renta mensual de las viviendas. Antonio defendía la pasada semana que este era el principio de los males para su familia debido a que el contrato indefinido que firmó por el alquiler cuando llegó a Benjumeda se perdió junto a toda su documentación personal una vez que se precintó la finca por seguridad. Para poder volver al hogar, suscribió un nuevo acuerdo de diez años de duración a razón de 90 euros mensuales más el IBI, dos conceptos que se irían revisando durante este periodo en función de las subidas del IPC. Al final de este contrato, la mensualidad se situó en 158 euros entre la vivienda y el IBI.

El pago de la casa no había sido un problema para Antonio y Ana, más allá de algunos retrasos. Antonio había trabajado de camarero, cocinero o albañil. Sin embargo, en enero de 2005 se le detectó un cáncer en la mandíbula, por el cual tiene reconocida una minusvalía del 86% desde 2006. El problema llegó al haber cotizado muy poco tiempo, ya que casi la totalidad de los trabajos que había realizado eran sin contrato. Le quedó una pensión no contributiva de 366 euros, paga que complementa vendiendo artículos en el Baratillo.

Tras cumplirse los diez años del contrato, el propietario del inmueble decidió subirle el alquiler a 420 euros, una cantidad inasumible, por lo que dejó de pagar para poder mantener a la familia hasta el día de ayer, que se culminó el desahucio del hogar.

Fuentes cercanas al Ayuntamiento señalaron ayer que en diciembre de 2014 la familia acudió por primera vez a los Servicios Sociales. En enero de 2015, se les trasladó un presupuesto con la inmobiliaria ASPU para marcharse a una vivienda de Adolfo de Castro y un cheque de 600 euros para tal efecto. Finalmente, no se fueron del hogar ni justificaron el gasto del cheque. Ya en el pasado mes de mayo fue cuando se inscribió en el registro de demandantes de vivienda.

Antonio mantenía la esperanza hasta última hora para seguir en su casa. El pasado viernes, en su hogar comentaba a este periódico que la situación que vivía ante la posibilidad del desahucio era de "incertidumbre". Tras la paralización del día 2 se había señalado un nuevo lanzamiento judicial para ayer. Sin embargo, esa "incertidumbre" se cimentaba en que personas próximas al nuevo Ayuntamiento le habían comunicado durante la semana la posibilidad de que el desahucio se aplazara hasta final de mes con el compromiso de que el Consistorio se encargaría de encontrarles un nuevo hogar.

En la noche del viernes, desde el círculo de Antonio y Ana se informó a este medio que les habían comunicado estas mismas personas cercanas del Ayuntamiento que el desahucio se había paralizado hasta el día 30 de junio y que contaban con el compromiso de encontrarles una vivienda, tal y como salió publicado en este medio en la edición de ayer.

Fuentes cercanas al Ayuntamiento aseguraron ayer que se había informado a la familia sobre los trámites que se estaban haciendo en el Juzgado para el aplazamiento del desahucio al entregarse un escrito el viernes ofreciendo un mes de renta, pero que en ningún momento se les notificó una fecha de aplazamiento del lanzamiento.

Sin embargo, la confusión entre las partes hizo que durante el fin de semana la familia mantuviera la tranquilidad al pensar que iba a seguir en la vivienda, hasta que el domingo les comunicaron que no se había recibido en el Ayuntamiento notificación por parte del Juzgado, por lo que el desahucio seguía en pie, como finalmente sucedió ayer.

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