El ocaso del comercio tradicional en Cádiz

Comercio

El cierre del Bar Lucero es un capítulo más del adiós a los grandes nombres de la época más relevante del sector

Soriano, un emblema del centro comercial que cerró en 2009
Soriano, un emblema del centro comercial que cerró en 2009 / Lourdes De Vicente

El cierre del Bar Lucero, hace apenas unos días tras más de seis décadas de actividad, es un ejemplo más de que el tiempo sienta muy mal a parte de los nombres históricos del comercio de la capital.

A pesar del evidente resurgir del sector en los últimos años, producto de una mejora de la economía en general pero sobre todo gracias a la masiva llegada de turistas a la ciudad a lo largo de todo el año, a las tiendas más clásicas parece sentarles tan bien la vuelta de los buenos tiempos. El cambio generacional que busca otras formas de vida, la búsqueda de ingresos más seguros mediante el alquiler o la venta de los locales, o la dificultad que siempre supone competir con las grandes superficies o las cadenas nacionales e internacionales que han ido ocupando los locales más estratégicos de la ciudad, han provocado que una ciudad tan comercial como Cádiz cada vez tenga menos establecimientos que hayan alcanzado los 75 años de antigüedad.

Curiosamente en Puerta de Tierra aún permanece abierto Casa Joaquín que, ubicado en la calle Santa María de la Cabeza, ha alcanzado ya los 75 años de vida, mucho más que locales del casco histórico. Curiosamente este establecimiento sobrevivió a la explosión de la base militar de San Severiano en 1947, a pesar de su cercanía.

La entrada a Merchán, que cerró en 2005
La entrada a Merchán, que cerró en 2005 / Inma Andrades

Ha sido la calle Columela la que sin duda ha perdido el mayor número de nombres ilustres. Allí se concentraban buena parte de las tiendas de Merchán y de los hermanos Sánchez Vega, allí estaban zapaterías relevantes como Raza o locales como la Relojería Alemana, que llegó a cumplir los 150 años de existencia. O más recientemente Goya. Todas han sido ocupada por marcas de cadenas nacionales e internacionales, aunque hay franquicias que siguen en manos gaditanas.

En Columela va a abrir, además, el que será su primer hotel.

Lo cierto es que desde hace unas dos décadas, la búsqueda de locales amplios y céntrico es constante por estas cadenas que consideran a Cádiz un punto relevante en el sur de España, especialmente gracias a un casco antiguo muy dinámico, frente a la decadencia que se constata en otras grandes ciudades de la provincia. Igualmente, el impulso del turismo de calidad también anima a las ventas como reconoce un sector que durante años siempre se ha expresado de forma pesimista sobre su realidad.

La historia marcada por nombres como Viena, La Pasiega, Soriano, La Vajilla, Álvarez, La Gloria, Las Palomas, Riancho, Durán, La Predilecta, Rebeca, Ferrari y tantos nombres de grandes comercios en manos de grandes empresarios y, también, grandes trabajadores, es continuada ahora con emprendedores que, luchan con alquileres elevados y una competencia dura, protagonizan una nueva etapa de desarrollo del comercio tradicional, pues ellos, con el paso del tiempo y si persisten, serán ya clásicos.

Y junto a ellos, el comercio centenario que aún aguanta. Casa Serafín, Iglesias, Las Nieves, Casa Hidalgo... unidos a estancos y farmacias que han superado el siglo sirviendo a la ciudad.

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