El nuevo hospital y el escepticismo de Cádiz: “Hasta que no se vea la hormigonera...”

Vecinos y hosteleros de los barrios cercanos valoran positivamente el impacto que tendrá el equipamiento, aunque con la desconfianza propia de quienes lo llevan esperando 20 años

No nos volvamos a liar con el nuevo Hospital de Cádiz

Parada de autobús justo ante el solar que acogerá al nuevo hospital en Cádiz.
Parada de autobús justo ante el solar que acogerá al nuevo hospital en Cádiz. / Lourdes de Vicente

“Vamos a tomar el sol a Puerto Real, que el puente está listo que el puente estará, que el puente está listo ya lo verá usted, cuando yo me pele, je, je, je, je, je”. María, una vecina del barrio de Loreto, escenifica con este estribillo de ‘Los escarabajos trillizos’, luego ‘Los Beatles de Cádiz’, el escepticismo propio del gaditano, fundamentado en miles de promesas incumplidas y en proyectos que nunca vieron la luz o que tardaron en hacerse, como se suele decir por aquí, “más que la obra de la Catedral”. En el caso del estribillo, de Enrique Villegas, se hablaba del Puente José León de Carranza, inaugurado cuatro años después de escucharse la copla. María se refiere ahora a otra obra faraónica: el nuevo hospital. Que estaría listo ¿en cinco?, ¿en seis?, ¿en siete años? De momento, la nueva (y buena) noticia es que el suelo para edificar, regalado por el Gobierno, está ya disponible. Pero, quién sabe qué pasará en esta ciudad escarmentada.

María forma corrillo con varias mujeres en la plaza principal de Loreto, uno de los barrios (junto al Cerro del Moro y Puntales) que vivirán de cerca la construcción del hospital. “Se ha borrado hasta el cartel que anuncia la obra desde hace 20 años”. Risas. Como para fiarse. “Hasta que no se vea la hormigonera….”, remata una vecina con la sabiduría propia de esta ciudad.

“Tengo 50 años y a este paso veré el hospital ya con taca-taca”, apunta Gema. Incrédula, como ha sido Cádiz desde los fenicios. Carolina mantiene su desconfianza con el nuevo proyecto: “Como tantas otras cosas de Cádiz, a mis 73 años no me lo creo”.

La tertulia deriva en el impacto que producirá el hospital en la zona. “Esto va a ser un cambio radical de los barrios que a lo mejor no nos da tiempo a verlo. Todo cambiará alrededor. Los autobuses que vienen de la provincia tendrán que parar aquí”, se atreve a vaticinar María.

Los barrios llevan años esperando que con el hospital llegué el premio gordo. “Soy del Cerro del Moro y allí muchos negocios se han hartado de esperar. Una muchacha cogió un local para una hamburguesería, se hipotecó y de tanto esperar ha tenido que cerrarla”, asegura María. “Los pisos ya están caros y serán más caros todavía”, defiende Carolina.

El debate se traslada a la situación del hospital Puerta del Mar. Carolina explica que “el hospital está muy viejo. Están dando quimios fuera donde antes ponían las vacunas y sacaban sangre”. Dice Carolina hija.

"Tengo ganas de ver la primera piedra. Solo con los obreros ganaría yo mucha clientela” — Cintia González - Propietaria de la cafetería Astarté

Ana plantea un caso directo. “Mi marido lleva esperando dos años y medio para una operación de hernia. Hace falta un nuevo hospital. Esperemos que cuando lo hagan ya le hayan operado”, expone con sorna.

En la hora del desayuno, en la terraza del bar Al fresquito, en Puntales, hay mucho ambiente. Su propietario, Pablo Rotundo, destaca que el hospital “será importante por el barrio, lo activaría. A ver si llegamos a verlo. Aquí tengo clientela del edificio Astarté, del Mercadona, vecinos del barrio. Con el hospital habrá más clientela y tendremos que ampliar, pero no sé cómo. Lo que estaría bien sería terminar de urbanizar el barrio”.

Tres amigos comparten charla alrededor de sus cafés. Manuel señala que “llevamos 20 años esperando. El banco nos dijo que nuestros pisos se iban a revalorizar con el hospital. Esperemos que la Junta dé el último empujoncito”.

Daniel Coronilla ilustra el hastío provocado por la tardanza del proyecto: “Yo era camarero de la Taberna del Aviador. Abrimos con la ilusión del hospital, como si fuera el bar Letrán frente al hospital de la avenida. Estuvo el dueño diez años esperando y al final ha tenido que cerrar”.

Ramón dice que sí, que el hospital “está muy bien”, pero que no se olviden de Puntales. “El parking al aire libre parece un desierto, comiendo polvo todos los días. Hay insalubridad, cucarachas, ratas y mierda. Todo el mundo aparca aquí. Por el fútbol, por los conciertos, para la playa... Puntales es el culo del mundo. A ver si acaban la urbanización de Puntales. Sí, el hospital es muy importante pero tengo una casa con 74 años que se cae”, sentencia.

"Abrió la Taberna del Aviador pensando en el hospital. A los diez años de espera ha cerrado” — Daniel Coronilla - Vecino de Puntales

Manuel vuelve a tomar la palabra para apuntalar las quejas de Daniel. “Eso, Puntales es un trastero y pagando el IBI más caro por estar junto a una avenida”. Y suelta una puya a la Junta de Andalucía: “¿Cuántos hospitales se han hecho ya en Andalucía antes que el de Cádiz?”.

En la puerta del Mercadona José Manuel Mota, vendedor de la ONCE, admite que el hospital “ me vendrá de lujo, aunque en este punto estoy de forma provisional”.

"Va a ser una mina para el entorno"

A la vuelta de la esquina se encuentra el negocio hostelero más cercano al solar donde se debe alzar el equipamiento sanitario: la cafetería Astarté. Cintia González, su propietaria, dice que “ya no hay excusas. Cogí este bar con esa idea, pensando en el hospital. Llevamos años escuchando lo mismo y estoy un poco desesperada”. Resignación. “Habrá que aguantar. Está siendo duro, no hay otra. Ojalá tenga que agrandar la terraza”, añpostilla. Pero es optimista porque el hospital “va a ser una mina para el entorno”. Por eso ella tiene “ganas de ver la primer piedra. Solo con los obreros ganaría yo mucha clientela”.

Pepa Fernández regenta el comedor social Amigas al Sur en el Cerro del Moro, justo frente al solar donde irá el nuevo equipamiento sanitario. “Me encantaría, daría mucha vida a este barrio”, apunta. Previsora, dice que tiene en mente “un proyecto para ofrecer menús económicos a tantos obreros como vendrán y con esos beneficias poder ampliar el comedor. Una buena olla casera para los trabajadores con sus táper. Para no depender solo del convenio que tenemos con el Ayuntamiento”.

Otra ventaja será la cercanía del hospital “para las personas mayores enfermas del barrio”. Eso sí, “antes tienen que sanear el solar que es un nido de bichos y ratas”, concluye.

Una inquietud: cómo absorber tantos coches

Las asociaciones de vecinos de los tres barrios que forman el triángulo que sufrirá el impacto del nuevo hospital se debaten entre la esperanza y la crítica, entre lo bueno que está por llegar y lo que se ha tardado.

Pilar García preside la AVV Fuerte San Lorenzo de Puntales. Dice que “todo lo que sea progreso para Cádiz y para el barrio, es bueno. Siempre y cundo los tiempos sean los correctos. Pero… si era tan fácil, por qué no se hizo antes. La Junta tiene que mover ficha ahora”.

García entiende que el hospital “dinamizará la zona, los comercios, la hostelería...”. Mas avisa de que en Puntales y alrededores “no caben más coches y esto es un caos de aparcamiento. Habrá que tener en cuenta cómo absorber los coches de cientos de personas que vendrán cada día al hospital. Se supone que el hospital tendrá un gran parking”.

Por no hablar de las comunicaciones, de las conexiones de la zona con el resto de la ciudad. “Sufrimos las líneas 2 y 3 del autobús. No tiene nombre el tema de las frecuencias de paso. Si eso es un desastre, no digo ya con un hospital aquí. Tendrán que arreglarlo”.

La presidenta en funciones de la AVV Claridad del Cerro del Moro, Candelaria Grimaldi, afirma que el hospital “tendrá en el barrio un impacto positivo como debe tenerlo la Ciudad de la Justicia. Esperemos que mejore el comercio y la hostelería alrededor, que hay muchos locales vacíos que se han ido cerrando. El que pueda mantenerse abierto hasta que se haga el hospital, se verá beneficiado”.

Dice Grimaldi que “entre estos equipamientos y las viviendas que se están construyendo, el Cerro del Moro estará en primera línea”. Nada que ver con aquel barrio con fama de conflictivo. “Primero el soterramiento, que nos unió a la ciudad, y a hora el hospital. Todo lo que sea será bienvenido para que el barrio siga con ese impulso y por fin se le quite la etiqueta que tuvo siempre”.

La AVV Campo de la Aviación de Loreto está presidida por Paco Orellana. “Será muy bueno para todos, pero deberían haberlo hecho antes. Llevamos 20 años esperando”. El dirigente vecinal cree que el hospital “tendrá un impacto positivo con revalorización de las viviendas y mucho movimiento para cafeterías y comercios”.

Por contra, Orellana pide “mejorar las conexiones de los autobuses” y que se arregle la situación del aparcamiento. “El hospital deberá llevar un gran parking, porque aquí no caben más coches”, indica. Y es que “no solo hay que pensar en el hospital, también en todo el entorno”.

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