El nuevo hospital de Cádiz en el Pleno municipal: insulso peloteo para un estéril partido de tenis
Los grupos municipales del PP y PSOE se cruzan propuestas partidistas que no aportan ninguna solución
El nuevo hospital de Cádiz se lía cada vez más

El Pleno municipal del Ayuntamiento de Cádiz celebrado hoy contenía dos propuestas sobre la construcción del nuevo hospital de Cádiz. Propuestas de tintes partidistas que los grupos municipales del Partido Popular y el PSOE han utilizado para escenificar lo que podría ser un eterno e insulso peloteo en un figurado partido de tenis, donde Adelante Izquierda Gaditana jugó a ratos uno de dobles junto a los socialistas, y cuyo resultado final, estéril porque no se tradujo en nada práctico, fue una volea de derecha que dio el equipo de gobierno en forma de enmienda de sustitución a la propuesta del PSOE y ganada por la infalible aritmética de la mayoría absoluta.
Así, el PP presentó una propuesta "instando al Ministerio de Hacienda a acordar con el Ayuntamiento la venta o cesión del solar, propiedad de Zona Franca de Cádiz, destinado a la construcción del nuevo hospital", que el grupo que gobierna la ciudad sacó adelante con sus votos; mientras que la propuesta del PSOE instaba "a la Junta de Andalucía a agilizar los trámites para hacerse con el solar en el que se ubicará el nuevo hospital de Cádiz", en un debate resuelto con la citada enmienda de sustitución que hacía estéril la propuesta original de los socialistas. Cada formación política, pues, ha arrimado cada una de sus iniciativas a sus propios intereses situando la responsabilidad de este conflicto en la acera opuesta.
El alcalde Bruno García, con alguna intervención del teniente de alcalde José Manuel Cossi, y los portavoces Óscar Torres y David de la Cruz fueron quienes defendieron las respectivas posturas de los grupos. Primeros espadas para un debate enquistado en el que quien sale perdiendo es Cádiz y su servicio público de salud. Porque los grupos municipales, o eso parece, no pierden nunca.
Los argumentos esgrimidos por cada uno de los representantes políticos añadieron escasa novedad al debate y, sobre todo, ninguna solución práctica y eficaz. Por mucho que el alcalde repitiera varias veces que él está "por la solución", la propuesta que presentó su grupo enfocaba únicamente a la administración estatal como responsable del enquistamiento, porque de la autonómica, la que ahora rige su propio partido, solo habló para garantizar que va a construir el hospital: pero cuando de alguna u otra forma les den el suelo. Bruno García, que volvió a tirar de la zona de hemeroteca periodística que más le conviene sin recordar contundentes pancartas, pidió de nuevo un acuerdo y un convenio a tres bandas (Zona Franca, Junta y Ayuntamiento) y, al tiempo, repasó las propuestas que el Ayuntamiento ha realizado a Zona Franca en el último año y medio de infructuosas negociaciones.
Óscar Torres, por su parte, defendió la postura del Consorcio dirigido ahora por su partido y dejó entrever que el debate público generado tras conocerse la carta enviada al alcalde por la consejera de Salud tiene, a su juicio, el objetivo de situar en el centro de la diana política a María Jesús Montero, ministra de Hacienda y, de facto, próxima candidata socialista a la codiciada Junta de Andalucía. Torres dijo no querer tirar de hemeroteca, quizás porque una sustancial parte de ella jugaría en su contra, pero sí lo hizo de documentos oficiales al esgrimir los distintos convenios e informes generados por este asunto desde el principio de los tiempos. Incluso aseguró que un informe de Zona Franca del año 2012, con el popular Jorge Ramos al frente, señalaba que el suelo del hospital debía ser comprado por la Junta de Andalucía.
David de la Cruz, finalmente, se alineó más con las tesis socialistas que con las populares, salvo para recordar que el PSOE tuvo en su mano durante años construir el hospital, y aseveró que, a su juicio, el centro sanitario "no se hará nunca" porque la Junta de Andalucía "no va a gastarse 500 millones de euros en Cádiz". Incluso personalizó esta falta de inversión en la figura del alcalde, a quien reprochó no ser capaz de exigir a su propio partido que se apueste por los proyectos de la capital gaditana desde la administración autonómica. "Somos leales a los nuestros, sí, a los gaditanos", le reprochó más tarde Cossi.
Las intervenciones de los ediles se convirtieron en ese inútil peloteo que tan cansino resulta en un partido de tenis cuando nadie arriesga y se limita a devolver la bola como si de un entrenamiento se tratara. Hubo, por tanto, pocas subidas a la red, escasas dejadas, ningún tanto de saque directo, alguna doble falta por culpa de la excesiva verborrea y, sobre todo, esa determinante volea final de derecha ganada en las urnas por el PP hace casi dos años. Alguien, alguna vez, tendrá que echar el resto en este asunto para tener la posibilidad de contar, al menos, con una bola de partido. Y que gane Cádiz, claro.
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