En el año 2005 cerró sus puertas la actividad que entonces albergaba (una entidad bancaria) y comenzó un proceso de venta que tuvo numerosos avatares y episodios hasta que a finales de 2016 o principios de 2017 se cerró la definitiva operación de venta. Se iniciaba entonces el proceso de rehabilitación y puesta de nuevo en uso del inmueble, que dos años después ha colgado ya el letrero de ‘no hay locales disponibles’. El 100% del espacio habilitado para alquiler ha sido ocupado, después de la irrupción de un centro de negocios, coworking y espacio para eventos de empresas que ocupará lo que restaba de edificio.

La empresa Cápital La Firma, que hace meses ya se instaló en la primera planta de la finca, se ha hecho con la titularidad de esos espacios disponibles, en las plantas segunda y tercera. Allí va a habilitar ahora, además de la sede de la empresa que ya opera en San Agustín (después de la división de la firma que tenía establecida su sede en la calle Nueva), un centro de negocios, una zona de coworking y un espacio para eventos de empresas, para lo que cuenta con una terraza de más de 383 metros cuadrados de espacio.

El total de todas las zonas que ocupará Cápital La Firma para esos distintos proyectos que va a desarrollar alcanza el millar de metros cuadrados, cantidad considerable para una actividad de este tipo desarrollada en el casco histórico. En este contexto, por ejemplo, conviene recordar los problemas que hasta última hora ha dado el centro de negocios del Casino Gaditano (financiado por la Zona Franca en un edificio de titularidad municipal y al que se ha dado una prórroga hasta noviembre) o la pérdida del centro de promoción empresarial que el Ayuntamiento tenía en la calle Isabel La Católica.

La previsión de esta empresa gaditana es que las obras de adaptación de las estancias de San Agustín se completen de aquí a octubre, para empezar a funcionar a principios de noviembre. En esa fecha, la finca de San Agustín estará operativa en su totalidad, sumando a los dos locales de hostelería abiertos recientemente en la planta baja (el restaurante especializado en comida italiana ‘La Mafia se sienta a la mesa’ y la panadería, cafetería y otro tipo de productos de la firma catalana ‘Tradicionarius’) esos mil metros cuadrados de centro de negocios, coworking y eventos de empresas.