La nave posterior de la Aduana dificulta el futuro acceso al espacio de ocio y gastronomía de la estación vieja de Cádiz

Aunque el edificio principal del edificio administrativo sigue protegido por la Junta, la zona de almacenamiento posterior sí se puede derribar

La antigua estación de Cádiz será un centro de eventos de todo tipo y de gastronomía de calidad

La estrecha calle que se abrirá pronto y que permitirá el acceso a la estación ferroviaria de 1905.
La estrecha calle que se abrirá pronto y que permitirá el acceso a la estación ferroviaria de 1905. / Julio González

Las obras de apertura de una nueva calle en Cádiz que unirá el nuevo aparcamiento de la estación del tren (que se ultima en la avenida de Astilleros) con el actual estacionamiento a pie de la muralla, tienen una doble función.

Por una parte, permitirá unir ambos espacios ciudadanos, teniendo en cuenta que aún queda por urbanizar toda la explana junto a la Cuesta de las Calesas (donde irá un aparcamiento subterráneo y un jardín en superficie). Por otra, facilitará la apertura de la entrada principal de la terminal ferroviaria de 1905.

En este histórico edificio empezarán en breve plazo las obras de adaptación de su nave principal y los edificios anexos para su conversión en un gran espacio (con más de 5.000 metros cuadrados de superficie) para la celebración de eventos ciudadanos y de gastronomía. El proyecto original, que se topó con numerosos problemas administrativos y urbanísticos, planteaba un gran mercado gastronómico, que finalmente quedó descartado. En un principio no se descartaba una conexión directa de este complejo con el propio vestíbulo de la estación férrea.

El proyecto supone recuperar la fachada principal de la estación de 1905. Esta se encuentra oculta a la visión desde la plaza de Sevilla desde que se construyó en la década de los 50 del pasado siglo el edificio de la Aduana.

Aunque la apertura de la calle facilitará el acceso al futuro complejo de eventos y gastronomía por su entrada principal, lo cierto es que la estrechez de la misma no hará sencillo este pase especialmente cuando se concentren muchos visitantes y pase algún vehículo por la misma. A la vez, la permanencia por el momento del edificio de la Aduana seguirá dificultando una visión completa de la fachada principal de la terminal de 1905.

Este problema urbanístico podría tener una solución parcial de forma inmediata. La decisión de la Junta, hace más de una década, de proteger el edificio de la Aduana impidiendo el derribo inicialmente previsto en el Plan Plaza de Sevilla, que ahora se quiere revertir, dejaba fuera la nave trasera del complejo administrativo propiedad del Estado.

La posibilidad de demoler ya esta parte del edificio (la Aduana, cuando se le quite la protección, aún tardará en derribarse pues antes necesitará una nueva sede donde reubicarse), sí crearía una calle lo suficientemente ancha como para dignificar la entrada a la estación de 1905 y sus nuevos usos, y permitir el paso de los vehículos sin incidencia con los peatones.

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