Pese a la enorme concentración de personas que se produce el primer fin de semana, las últimas muertes que se han producido no han tenido nada que ver con actos violentos. A la que se ha producido este lunes presuntamente tras una intoxicación etílica, hay que añadirles otras dos que han tenido lugar desde el año 2015.

Precisamente este año un ciudadano colombiano cayó desde el Paseo Marítimo, a la altura de la plaza de Asdrúbal desde una altura de ocho metros el sábado de Carnaval. Después de aquello se decidió poner una protección al pretil que todavía sigue esperando.

La otra fue un año después cuando murió un joven isleño de 26 años tras sufrir problemas por una intoxicación alimentaria en el restaurante Grimaldi de la capital gaditana y que afectó a un centenar de personas. El hombre tuvo diversos problemas y complicaciones pocas horas después de consumir un bocata de tortilla en el bar. Este asunto todavía está en fase de instrucción y la defensa incide que el problema se produjo porque los huevos con los que se hicieron los bocadillos estaban contaminados.