Motorismo en la playa Victoria de Cádiz
Historias de Cádiz
En 1927 comenzaron las carreras de motos en una amplia zona acotada frente al Balneario y finalizaron en 1966 tras un gravísimo accidente con dos fallecidos
Alfonso XIII y las Murallas de Cádiz
La playa Victoria de Cádiz ha sido escenario de infinidad de pruebas deportivas. Desde los primeros vuelos a motor, a comienzos del siglo XX, hasta las pruebas de voley-playa que se celebran en la actualidad en una zona perfectamente acondicionada. Las actividades que más años han estado presentes en el verano gaditano han sido, seguramente, las carreras de caballos y las pruebas de motociclismo, que comenzaron en los años veinte y finalizaron en 1966.
Las primeras pruebas de motorismo en la playa gaditana tuvieron lugar en 1927, organizadas por la sociedad propietaria del Balneario Victoria y el Cádiz Veloz Club. En realidad esta primera cita no fue realmente de velocidad ya que se trató de unas carreras de cintas para lo que se acotó una gran parcela de la playa. El éxito de público, que acudió en tranvías especiales, hizo que el Ayuntamiento de Cádiz decidiera organizar unas pruebas de mayor importancia para el año siguiente.
1928 fue el año en que la mayor parte de los gaditanos conocieron la velocidad a través de las pruebas de motorismo celebradas en la playa. La organización estuvo a cargo de Ramón Grosso, presidente del Comité de Iniciativas, acompañado del oficial del Ayuntamiento Fernando Guilloto. Estos organizadores estudiaron las mareas, fijaron las fechas y acotaron una gran zona garantizando la seguridad del público. A través de anuncios se hizo saber que los espectadores estarían situados detrás de un tramo amplio de arena seca, donde, en caso de accidente, quedaría frenada la moto.
En aquellos años las pruebas de motorismo eran para amateurs, aficionados que acudían a las pruebas a lomos de su propia máquina. En ese año de 1928, la organización contactó con el Moto Club de Andalucía y 50 motoristas marcharon desde Sevilla hasta Cádiz para participar en las pruebas. Salieron todos juntos a las cinco y media de la mañana. y fueron recibidos en San Fernando por los organizadores.
En caravana hicieron una triunfal entrada a Cádiz recorriendo las calles más céntricas de la población. Hay que recordar que en 1928 muchos gaditanos no habían visto una motocicleta. El éxito fue total.
Terminado el paseo, los motoristas acudieron al Ayuntamiento para saludar a las autoridades, dejar sus máquinas frente a las Casas Consistoriales y marchar al cercano hotel Victoria para almorzar invitados por el municipio. Hubo vino y cervezas para todos y tras los brindis, regreso a San Juan de Dios para recoger las motos y marchar a la playa.
Las pruebas resultaron un éxito total y rotundo. Miles de gaditanos acudieron a la playa para ver estas pruebas de velocidad, donde el gaditano Daniel Ibáñez participó en varias pruebas. Solamente hubo que lamentar que un corredor sufriera un accidente y tuviera que ser atendido por los facultativos en el propio Balneario y llevado más tarde con algunas heridas al Hospital de San Juan de Dios.
Hasta ocho pruebas fueron disputadas con distintas modalidades y cilindradas. Destacó el gaditano Daniel Ibáñez que con distintas motos de su propiedad consiguió estar a la altura de los mejores.
De nuevo hubo caravana motorista al año siguiente, 1929, con motos de todas clases y cilindradas recorriendo la ciudad. Llegaron motoristas de toda Andalucía y las pruebas fueron anunciadas mediante propaganda lanzada en varias ciudades desde aviones de la compañía Unión Aérea Española. Ese año el Ayuntamiento donó importantes trofeos para la denominada Gran Copa Cádiz para motos de gran cilindrada y varias empresas, como Ford, colaboraron entregando copas de plata para los ganadores.
El éxito de público, las crónicas hablan de 25.000 espectadores, fue rotundo. En lo deportivo, los gaditanos tuvieron la gran alegría de que su paisano Daniel Ibáñez resultara ganador de la prueba principal derrotando al entonces campeón de España.
Pese a este indudable éxito, el motorismo quedó fuera de nuestra ciudad hasta 1949. Fueron años en los que la situación política y económica no aconsejaban estos espectáculos a pesar de que las carreras de caballos siguieron estando presentes en la playa.
En 1949 volvió el motorismo con una gimkana en la plaza de toros que ganó el gaditano Tomás Lacave, con Montesa. Las pruebas de velocidad se disputaron en la playa el 7 de agosto de ese año de 1949 y con asistencia de infinidad de espectadores. Los corredores seguían siendo aficionados y la entrega de premios se llevó a cabo en el transcurso de una fiesta en el Cortijo de Los Rosales.
Hasta 1966 hubo pruebas de motorismo en la playa Victoria con participación de máquinas de mayor potencia cada año y la asistencia de corredores profesionales.
Al comenzar la década de 1950 el Ayuntamiento organizó unas pruebas de motorismo, durante tres años, en las calles de Bahía Blanca. Con ello se quería aprovechar el moderno asfaltado que se había colocado en esa zona de Cádiz, donde proliferaban la construcción de chalets familiares. Varios accidentes aconsejaron suprimir ese circuito urbano.
En 1966 durante el transcurso de una prueba ocurrió un accidente mortal. Una niña escapó de su familia y penetró en la zona reservada para la carrera, que ya estaba lanzada. Un guardia municipal, Francisco Alvarez, consiguió salvar a la niña pero no pudo evitar ser atropellado por una moto. El policía resultó muerto en el acto y el corredor, Francisco Falcet, unas horas más tarde. Este accidente motivó que las autoridades decidieran suprimir definitivamente las carreras.
También te puede interesar
Lo último
Contenido ofrecido por Ciudad autónoma de Ceuta
CONTENIDO OFRECIDO POR SÁNCHEZ ROMERO CARVAJAL
Contenido Patrocinado
Regístrate para recibir este boletín quincenal que abundará en una idea de la que se habla poco: tener críos puede ser muy divertido.
CONTENIDO OFRECIDO POR AMAZON