Cádiz

Los mitos de la Transición

  • Desde la rebeldía y la reivindicación de Pedro Romero, a la reclamación "oportunista" de Zilberman para devolver el Carnaval a febrero y la llegada de la clase media a la fiesta con 'Los dedócratas'

La transición democrática se apoyó en varios hechos concretos en el Carnaval. Por un lado en el paso de las fiestas típicas de mayo al Carnaval puro y duro de febrero, algo que se encargó de reivindicar todavía en plena dictadura Marcos Zilberman, odontólogo, aficionado al Carnaval y que en su momento formó parte del coro 'Los dedócratas', al igual que Emilio Rosado. Este es otro de los símbolos la transición. El tercero bien podría ser las letras reivindicativas de un autor como Pedro Romero y su mítica 'Nuestra Andalucía'.

Todo eso estuvo presente ayer en la Asociación de la Prensa en el debate que organizó el Consorcio para la Conmemoración del Bicentenario de 1812 y que estuvo moderado por el periodista de Diario de Cádiz Emilio López. a ellos se unió el estudioso del Carnaval y autor en su día Javier Osuna.

Fue un debate en el que cayeron algunos mitos. Por ejemplo, Marcos Zilberman fue noticia en el mes de febrero de 1975 cuando salió a la calle disfrazado para reclamar el fin de las fiestas típicas de mayo y el regreso del Carnaval a febrero. Detrás de ese pensamiento idealista había uno mucho más práctico o "pedestre", como lo calificó el propio Zilberman: "A mí me venía mejor que la fiesta fuera en febrero porque en mayo me coincidía con los exámenes y me fastidiaba". Con ese objetivo tan mundano arengó a medio Cádiz y obtuvo muchos apoyos, incluso de un agente de la Policía Armada que se encontró en el camino.

Zilberman dijo que el paso de mayo a febrero, que se produjo en 1977, "se hizo con normalidad porque no hubo ningún tipo de resistencia". Otro loco hizo algo parecido, Miguel Villanueva, al que dos años después se unió en el coro de 'Los dedócratas'.

Emilio Rosado también desmontó otro mito, ya que salvo un par de personas en la agrupación que querían recuperar el coro en carroza, "el resto salíamos para divertirnos". Así, explicó que en su día se dieron las circunstancias para salir gracias a un cartel que había en Magisterio en el que se pedía gente para formar parte del coro. Precisamente, para Rosado, ésta es una de las principales aportaciones que dejó a la fiesta, y fue la entrada de gente de clase media en el carnaval. Sin embargo, esto lleva a un efecto perverso "y es que a la larga las letras combativas no pegaban en ese coro y el Carnaval va derivando a letras más suavitas y buscando más el divertimento".

En este sentido, para Rosado sería importante "encontrar un lenguaje en el que se busque la risa pero que haya también una carga de profundidad, porque Cádiz lo necesita".

Pedro Romero aseguró que llegó a la fiesta en el año 1967 "rebelde" debido a las vivencias personales que había vivido en su barrio de Santa María. Precisamente allí, en la iglesia de Santo Domingo, puso una especie de academia para mayores y analfabetos y eso le marcó. Por eso cuando dio el paso para entrar en el carnaval, "quería que fuera para decir algo y no sólo para piropear".

Así, para escribir muchas de las coplas de 'Nuestra Andalucía' fue animado por gente que había vivido diversas experiencia. Puso el ejemplo del pasodoble del señorito andaluz fue por un hombre que le enseñó las señales de un latigazo que había recibido de pequeño por un terrateniente.

Romero fue víctima de su propia valentía, ya que fue perseguido en varias ocasiones por miembros de Fuerza Nueva que le intentaron agredir. Eso sí, argumentó que cuando fue con su comparsa a un mitin del Partido Comunista en Jerez y vio a miles de banderas rojas y republicanas y a gente llorando con su repertorio "sentí que me podía morir tranquilo porque había alzado la voz para el pueblo".

Javier Osuna, de hecho, llegó a decir que cuando llegó 'Nuestra Andalucía' apareció "un mensaje de izquierdas en el que mucha gente se siente identificado". Osuna citó también como hombre reivindicativo a Enrique Villegas "ya que los autores que se conocían que eran de izquierdas ya no estaban por unos u otros motivos, como Macías Retes o Fletilla".

Fue un debate donde se habló de miedo, del que tenían muchos autores que venían de muchos años de represión y censura. Pero tal y como explicaron varios de los que participaron, ahora hay libertad pero se impone "la autocensura" entre los autores y hay poca reivindicación. ¿El motivo? José Manuel Gómez, conocido autor por agrupaciones geniales, sobre todo callejeras, pudo dar en el clavo desde el público: "El Carnaval no es sino un reflejo de lo que ocurre en la sociedad. Antes había letras reivindicativas porque había gente con ganas de reivindicar. Hoy no ocurre eso".

La sociedad es el vértice de todo. Zilberman recalcó que el mundo del Carnaval fue por detrás del pueblo en la transición y no fue una punta de lanza en la lucha contra Franco". Emilio Rosado se quedó con un mensaje pesimista: "Ahora tenemos un Carnaval que no es nada transgresor".

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